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El futuro vence al frío

Peñaranda salió a hombros y mereció hacerlo también Navalón.
Navalón, en Fallas
Navalón, en FallasPlaza de Valencia
La Razón
  • Paco Delgado

    Paco Delgado

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Después de un invierno que pareció verano, con temperaturas casi de julio y sin apenas una gota de lluvia, fue comenzar la feria de fallas y juntarse todo: lluvia, frío y viento. Tarde muy desapacible y asistencia acorde: un cuarto de entrada, más o menos. Pero quien acudió al coso de Monleón no perdió la tarde, ya que vio a novilleros con argumentos y condiciones que a poco que la suerte no les de la espalda, pueden ilusionar al aficionado y llegar a ser gente en esto.
Alejandro Peñaranda se fue a portagayola a recibir al primero, luciéndose luego con las chicuelinas con que paró al novillo. Costó lo suyo hacerle ir por segunda vez al caballo y el de Albacete tuvo que tirar de paciencia para meterle luego en el engaño, doblegando su falta de entrega redoblando la suya en un trasteo largo y trabajado que le valió la primera oreja del abono.
Metió enseguida en el engaño al cuarto, distraído y manso en los dos primeros tercios y al que enjaretó un trasteo bastante irregular y por momentos despegado, dejando ver, eso sí, un torero puesto y enterado, y aunque la resistencia del novillo a doblar hizo peligrar su recompensa, finalmente pudo pasear otra oreja y salir a hombros.
Gustaron las lentísimas verónicas con que recibió Navalón al segundo, al que cuidó mucho en varas, buscando preservar todo el empuje de su oponente para el segundo tercio, que inició con dos tandas rodilla en tierra que fueron declaración de intenciones. Ya en pie demostró cabeza, empaque y ganas, muchas más que un novillo que no acabó de meterse en la pelea pero que apuró por completo, emborronando lo hecho al fallar con el estoque.
No quiso dejarse ganar la pelea por su compañero de escuela y no se inmutó en los ceñidísimos estatuarios con que abrió su segunda faena a un novillo que tuvo buen son en el último tercio, oreando con gran naturalidad, planta firme y arrimándose en una labor profunda, redonda y tan variada como sentida que mereció más premio que una única oreja.
No se acopló Donaire con el más revoltoso tercero, molestándole también no poco el viento en un quehacer muy extenso para tan poco contenido y también tardó mucho en centrarse con el sexto, al que dejó ir muy a su aire, en una labor muy ecléctica y un tanto desordenada que remató con un bajonazo que no le hizo cortarse para dar una vuelta al ruedo que nadie pidió.
Valencia, 9 de marzo
Primera de feria. Un cuarto de entrada.
Novillos de Chamaco, terciados y sin terminar de romper.
Alejandro Peñaranda (de grana y oro), entera contraria, oreja; entera, aviso, aviso, oreja.
Samuel Navalón (de corinto y oro), pinchazo y entera trasera, aviso, y cuatro descabellos, ovación; entera, oreja con petición y dos vueltas al ruedo.
Alberto Donaire (de purísima y oro), entera baja, aviso, cinco descabellos, aviso, silencio; bajonazo, vuelta al ruedo por su cuenta.
De la cuadrillas destacaron Basilio Mansilla y Sergio Pérez.

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