Celebración

Jesulín de Ubrique, medio siglo del torero que vestía de amarillo

El diestro cumple 50 años alejado de los ruedos; su carrera se forjó y alcanzó sus más altas cotas en la última década del siglo XX dejando patente unas maneras notables

Jesulín de Ubrique, medio siglo del torero que vestía de amarillo
Jesulín de Ubrique, medio siglo del torero que vestía de amarilloARCHIVO

Casi sin que nos hayamos dado cuenta, Jesulín de Ubrique el que fuera uno de los diestros que revolucionó el panorama taurino en la última década del siglo XX cumple 50 años. Muchas cosas han cambiado en este medio siglo que ha pasado desde que nació hasta ahora mismo, pero su frescura, su desparpajo y su temple todavía se recuerdan por encima de sus excentricidades y una frivolidad estudiada que acabó por pasarle factura.

El 9 de enero de 1974 vino al mundo en la ciudad gaditana de Ubrique. Quiso ser futbolista y probó fortuna en este deporte, pero una lesión de rodilla le apartó de los campos de fútbol y le abrió la opción de las plazas.

Tras pasar por la Escuela Taurina de Cádiz vistió por primera vez el traje de luces en El Bosque, el 22 de agosto de 1987. Debutó con caballos en Ronda el 30 de abril de 1989, con el toro «Ambiciones» (¿les suena el nombre?) de Manolo González acompañado de Julio Aparicio y Finito de Córdoba, cortando dos orejas. En 1989 consiguió el célebre «Zapato de Oro» en las novilladas con picadores de Arnedo, uno de los certámenes más importantes y prestigiosos dedicados a la novillería.

Dos años se mantuvo en la categoría, compitiendo con Enrique Ponce por ser el líder del escalafón, y a finales de la segunda de esas campañas, el 21 de septiembre de 1990, en Nimes, recibió la alternativa de manos de José María Manzanares, en presencia de Emilio Muñoz, que le cedió la muerte del toro «Correcostas» de Manolo González Sánchez-Dalp y al que cortó una oreja.

La confirmación llegó el 25 de mayo de 1992, donde el padrino fue José Ortega Cano y el testigo César Rincón, con el toro «Malahierba» del Marqués de Domecq, siendo aplaudido tras acabar con él.

Con un estilo inspirado en Paco Ojeda, pero más vertical, fue en sus tiempos de novillero y sus primeros años de matador un torero pulcro, frío, heterodoxo, encimista y con oficio. Era un torero con mucha técnica y un extraordinario sentido del temple.

Su consagración llegaría en 1994, una campaña en la que acabó encabezando el escalafón con 153 corridas toreadas y cortando 339 orejas. Aquel año tomó parte en una corrida en la Feria de Fallas de Valencia en la que, ataviado de amarillo y plata, y acompañado por Ortega Cano y Emilio Muñoz, firmó una de las actuaciones más completas, serias e importantes de su carrera, paseando un total de tres orejas de toros de Jandilla.

Corrida de mujeres

También aquella temporada organizó una corrida gratuita sólo para mujeres en Aranjuez, lo que le proporcionó un extraordinario eco mediático y le dio una tremenda popularidad.

En 1995 batió su récord -y el que hasta entonces tenía como absoluto Manuel Benítez «El Cordobés»- encabezando de nuevo el escalafón con 161 corridas y 279 orejas cortadas.

121 contratos sumó en 1996 y 87 en 1997; en 1998 toreó 79 tardes y en 1999, tras torear el 22 de abril, y con solo 11 corridas sumadas, se retiró por falta de motivación.

Dos años más tarde volvió a los ruedos, toreando en España 73 corridas y siendo el cuarto en el escalafón; en 2003 toreó 77 festejos y acabó quinto en la lista de actuaciones. 55 fueron los contratos cumplidos en 2004 y 62 en 2005. Un año más tarde toreó 57 tardes y en 2007, campaña en la que acabó sexto en el ranking, se vistió de luces en 77 ocasiones.

Después de un retiro voluntario de casi dos años, regresó a los ruedos el 8 de marzo de 2010, en Castellón, toreando de manera esporádica e intermitente durante varias campañas más aunque sin acudir ni a grandes ferias ni plazas de responsabilidad hasta que, con la pandemia, desapareció de la cartelería taurina.

Nueva faceta: apoderado

Y cuando celebra este aniversario, debuta en el campo del apoderamiento. El pasado día 4 de enero llegaba a un acuerdo con Martín Morilla para dirigir la carrera del novillero de Morón de la Frontera, que todavía no ha toreado con picadores. «He visto a Martín Morilla en varios tentaderos en el campo y me encantan sus maneras de concebir el toreo. Considero que tiene una gran proyección de futuro y ganas de ser torero. La suma de esas buenas condiciones y sus inmensas ganas de llegar me han ilusionado para ayudarle y estrenarme en esta nueva faceta para mi».

Hay que recordar que Martín Morilla es nieto de Manolo Morilla, quien fuera apoderado de Jesulín de Ubrique prácticamente durante toda su carrera.