Rehabilitación
La plaza de toros en Oviedo iniciará obras en 2026 sin futuro para la tauromaquia
El coso de Buenavista será rehabilitado como recinto polivalente, ignorando su historia y el reclamo de Vox para preservar los festejos taurinos
La histórica plaza de toros de Oviedo, también conocida como el coso de Buenavista, iniciará su remodelación en el año 2026. Así lo ha confirmado el Ayuntamiento de la capital asturiana durante un reciente Pleno municipal, según recoge el diario MiOviedo. La Dirección General de Patrimonio ya ha dado luz verde al anteproyecto, lo que habilita al consistorio para iniciar las obras en los próximos meses.
La intervención tiene un objetivo claro: transformar el recinto en un espacio multiusos en el que no se contempla la celebración de espectáculos taurinos. Esta decisión ha reabierto el debate en torno al valor patrimonial y cultural de la plaza, declarada como Bien de Interés Cultural (BIC), y cuyo estado actual refleja años de abandono y falta de mantenimiento.
Durante la primera semana de julio, el grupo municipal de Vox presentó una propuesta para garantizar la continuidad de los festejos taurinos tras la remodelación. La petición, defendida por la concejala Alejandra González, se apoyaba en el cumplimiento de la ley de patrimonio cultural de la tauromaquia. Sin embargo, fue rechazada por la mayoría política compuesta por PP, PSOE e IU, sellando así un futuro incierto para los toros en la ciudad.
El proyecto de rehabilitación no contempla ninguna adaptación que permita el regreso de los toros a la plaza, lo que supone un nuevo revés para los defensores de la fiesta en Asturias. La decisión del consistorio refuerza una tendencia creciente en diversas ciudades españolas, donde los recintos taurinos se están transformando en espacios polivalentes, eliminando de facto cualquier uso vinculado a la tauromaquia.
La última corrida celebrada en Oviedo tuvo lugar el 21 de septiembre de 2007, con un cartel compuesto por Jesulín de Ubrique, Francisco Rivera Ordóñez y El Cordobés. Aquella tarde, que reunió toros de Peralta y Las Monjas, marcó el cierre de una era taurina para la capital asturiana, que hoy parece destinada al olvido.
Oviedo, con su plaza aún en pie pero sin alma taurina, se suma así al mapa de ciudades que renuncian a su historia en nombre de la modernidad, provocando la inquietud de aficionados, profesionales y defensores del patrimonio cultural de la tauromaquia.