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Stan Lee, un mito pop tan grande como sus creaciones

El último superviviente de los grandes creadores de superhéroes del cómic murió ayer a los 95 años
larazon
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Stan Lee nunca imaginó que, en su vejez, se convertiría en un mito pop tan importante o más que «Spider-Man», el «Capitán América» o «Los 4 Fantásticos»
Ha sido el último superviviente de los grandes creadores de superhéroes del cómic. Y lo fue no solamente por haber imaginado un supermundo repleto de figuras extraordinarias de ficción, el universo Marvel, sino porque a la decadencia del tebeo de superhéroes clásicos le siguió una era de fanáticos consumidores que además de comprar tebeos y coleccionarlos como reliquias pop adoraban a Stan Lee. Él nunca imaginó que, en su vejez, se convertiría en un mito pop tan importante o más que «Spider-Man», el «Capitán América» o «Los 4 Fantásticos». Además de creador junto al dibujante Jack Kirby de una panoplia de superhéroes más vulnerables que los de la edad de hierro, supo competir con Superman y Batman de DC Comics con un universo paralelo que renovaba los anquilosados planteamientos de los años 30 y 40, adornándolos con efectos especiales en las películas que engrandecieron sus personajes.
La locura por Stan Lee comenzó con el «Silver Surfer», un ser doliente, como Hulk, que con la posmodernidad se convirtió en una fantasía para desclasados como el protagonista de la versión norteamericana de «Au bout de souffle». En «Vivir sin aliento», Richard Gere soñaba con la libertad del Surfer de Plata unida a la locura roquera de Jerry Lee Lewis. Síntesis de los modelos que animaron el imaginario del cine y el cómic de los años 80. La consecuencia de esta fascinación de la nueva ola de creadores tuvo como consecuencia que Stan Lee ocupara el lugar del demiurgo sagrado en la famosa Comic-con de San Diego, esa convención de fans y friquis de los tebeos de superhéroes reverdecidos por la saga de «Star Wars» y los «trekkies» de «Star Treck». Otro universo paralelo en donde sus visitantes se disfrazan de sus héroes preferidos y sueñan con ser como ellos. Tanto la serie de Matt Groening «Los Simpsons» como en la de «Big Bang», sus personajes viven obsesionados con estas convenciones de admiradores, y en ambas la tienda de cómics ocupa un lugar central donde se habla de superhéroes. En «Big Bang», como en algún capítulos de «Los Simpsons», Stan Lee acude a la tienda de Stuar y Sheldon sueña con conseguir un autógrafo del creador estampado en un cómic de Batman, algo extraordinario. Lo persigue hasta su mansión y consigue algo sumamente precioso para un friqui como él: una orden de alejamiento de Stan Lee.