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¿Una industria «raquítica»?

El cine español hace balance: en 25 años se han multiplicado el número de productoras, espectadores y ventas internacionales, según un estudio de Fapae presentado en el Festival de Málaga
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El cine español hace balance: en 25 años se han multiplicado el número de productoras, espectadores y ventas internacionales, según un estudio de Fapae presentado en el Festival de Málaga
La minusvaloración propia del cine español arranca prácticamente desde sus orígenes. «El cine español vive aislado, no sólo del mundo, sino de nuestra propia realidad», decía el manifiesto, hace 50 años, de los creadores reunidos en Salamanca en las míticas I Conversaciones del Cine Español. Hace 25 años, cuando surgió Fapae (la patronal de los productores audiovisuales) la cosa tampoco estaba para echar las campanas al vuelo y el divorcio entre los creadores y el público era palmario. España, como dijera Juan Antonio Bardem en aquella jornada de Salamanca, seguía viviendo de una «industria raquítica».
Pero un cuarto de siglo después, casi todos los indicadores apuntan a que el tópico de la imposibilidad de hacer cine, exhibirlo en condiciones y ganarse la vida con ello, es más falso que nunca. Según un informe histórico de Fapae presentado ayer en el marco del Festival de Málaga, el número de espectadores del cine español se ha duplicado: de 9,1 en 1991 ha pasado a sumar 18 millones en 2015. Eso se refleja claramente en la aceptación de nuestros productos en taquilla, con hasta 75 cintas con más de un millón de espectadores. Es en este siglo donde se han producido los grandes «pelotazos» del cine español: «Lo imposible» (6,1 millones), «Los otros» (6,4) y «Ocho apellidos vascos» (9,3). Este último año, han sido cinco las producciones que han alcanzado y superado el millón de espectadores; en 1991, sólo «Tacones lejanos», de Almodóvar, podía presumir de ello.
Al mismo tiempo se han duplicado las ventas internacionales y se han multiplicado por 5 el número de productoras activas, de 55 a 276 en estos 25 años. Hay tejido industrial, por más que el coste medio de producción se haya visto seriamente tocado por la crisis, hasta volver a los ratios del año 2000. Se hace más cine, con más profesionales implicados, pero por un coste inferior. Por contra, la colaboración con otros países ha aumentado en este período: Francia (30%), Argentina (21%) e Italia (13%) son nuestros socios preferentes en la coproducción. Eso sí, en los grandes festivales nuestra representatividad no es tan alta como hace 25 años, si bien en el cómputo general de premios internacionales el salto cuantitativo es espectacular: ha aumentado los galardonados españoles en un 800%.

El boyante 2016

Así las cosas, 2016 se perfila en la senda boyante de 2015 y los dos años precedentes marcados por el fenómeno «Ocho apellidos...» y otros taquillazos. De hecho, hasta la fecha, la cuota de pantalla del cine español se sitúa en un 19,3%, similar a la cifra de cierre de 2015. Hasta 36 millones de espectadores (el doble que el año pasado por estas fechas, antes de estrenos como «Ocho apellidos catalanes» o «Mi gran noche») han ido ya a ver películas españolas y son, especialmente, «Palmeras en la nieve», «Cien años de perdón» y «Kiki, el amor se hace», los motores de este arranque soberbio de nuestro cine, al que se suman los coletazos de la gran triunfadora de 2015, la secuela de éxito «Ocho apellidos catalanes». Producciones por venir como «Zipi y Zape», «Cuerpo de élite» o «El hombre de las mil caras» están llamadas a mantener el tipo del cine español a lo largo de este ejercicio para poder cerrar otro año de optimismo.