Una noche para ser optimistas
La tradicional velada del Premio Planeta volvió a acoger a los grandes nombres del mundo de las letras y de la sociedad civil. La literatura fue protagonista un año más de esta fiesta.
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La tradicional velada del Premio Planeta volvió a acoger a los grandes nombres del mundo de las letras y de la sociedad civil. La literatura fue protagonista un año más de esta fiesta.
Una buena novela tiene la capacidad de conseguir abstraer al lector de todos sus problemas y trasladarle a un mundo ajeno, lleno de emoción. La noche del Premio Planeta es como una buena novela, pues también posee esa capacidad de hacer olvidar durante unas horas todo aquello que no sea literario. A pesar de que el conflicto independentista ha copado todas las conversaciones desde hace semanas, el galardón volvió a respirar el ambiente de las grandes ocasiones y por una noche la tinta (con permiso del e-book) se impuso a la política. El Palacio de Congresos de Cataluña reunió de nuevo a los cerca de mil invitados que siempre animan el premio y volvió a transformarse en un espacio lleno de calor, reencuentros con amigos y un amor común y compartido por los libros.
El presidente de la Generalitat optó por no acudir a la celebración. Aún así, y a pesar de que la presencia de políticos fue menor que otros años estuvieron presentes, por parte del Gobierno llegaron Ana Pastor, presidente del Congreso de los Diputados, y el secretario de Estado de Cultura, Fernando Benzo. Por su parte, de la Generalitat acudieron Santi Vila, conseller de Empresa y Conocimiento, que guarda muy buena relación con Pastor de la época en que ambos eran ministros de Fomento y conseller de Territorio, respectivamente. En definitiva, Gobierno y Generalitat se mostraron en sintonía y con ganas de disfrutar de una velada única.
José Creuheras, presidente del Grupo Planeta, volvió a actuar como anfitrión de una cena con una tradición tan larga que buen número de escritores la utilizan como referencia para medir el tiempo y saber exactamente hace cuánto pasó esto o aquello (es bastante común escuchar: «Hace quince planetas que nació mi primer hijo», por ejemplo). Las conversaciones se sucedieron entre viejos amigos, que también utilizan esta noche para reencontrarse y ponerse al día, fueron la nota de la jornada, aunque el cima político no pudiera eludirse.
Lo que parece seguro, en estos momentos de incertidumbre, es que, tal y como anunció el sábado José Creuheras, el galardón volverá a celebrarse en Barcelona el año próximo: «No tenemos intención de cambiar e ir a Madrid», insistió el presidente del Grupo Planeta, quien reconoció que trasladar la sede social a la capital «ha sido doloroso. La inseguridad jurídica ha hecho que tomásemos esta decisión pensando en nuestro accionistas, proveedores y autores». Con más de sesenta años en Barcelona, la tradición hace que la fiesta tenga una casa a la que es difícil renunciar. El fallo del Premio Planeta volvió a poner de manifiesto la importancia de la fiesta para autores, que se mostraron optimistas, y editores, que compartieron el mismo tono. El mundo de las letras volvió a disfrutar de una gran noche.