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McGregor, menos de un minuto para volver a reinar

El irlandés acabó con Donald Cerrone en 40 segundos tras algo más de un año de barbecho después de caer ante Khabib Nurmagovedov

Conor McGregor, preparado para volver al octógono
Conor McGregor, preparado para volver al octógonolarazonDazn

Presagio o no, Conor McGregor ha cambiado. Ya no parece (porque afirmar que ya no es quizá sea categórico) ese chulo repelente que gana las peleas antes de subir al ring, verborrea mediante. Antes de medirse ante Donald Cerrone en su redebut mostró respeto por su rival; no habló mal de él durante la conferencia de prensa; en el careo no se vieron los empujones ocasionales a los que acostumbra; y se dieron la mano, respetuosamente, como una promesa para no decepcionar a los que volviesen a ver a “The notorius”. “Lástima” que tanta concentración le haya dado la madurez que siempre se criticó que no tenía: los que pagaron por ver cómo machacaba a su rival en menos de 40 segundos tuvieron que quedarse con cara de pocos amigos.

McGregor entró serio. No acostumbró a hacer lo que suele hacer, parecía otro. Rostro serio, de concentración. Durante su presentación, igual: poco gesto ostentoso, cara seria, quería pelear y su semblante lo decía. Chocó las manos con Cerrone a modo de respeto y le besó la frente, a modo de más respeto aún, cuando le machacó en menos de un minuto.

Lo curioso es que McGregor ganó como, una vez más, no tiene acostumbrado a hacerlo. Entró enchufadísimo: izquierda recta directa que Cerrone se quitó agachándose. Clinch de ambos, con golpes con el hombro del irlandés, y vuelta a la posición natural. Ahí fue cuando saltó la sorpresa: “Cowboy” soltó una patada a Conor que este tapó sin dificultades; al segundo, McGregor se la devolvió, y entró limpiamente. El americano no pudo hacer otra cosa que cubrirse, recibir un aluvión de puñetazos a la cara, ir doblegando las rodillas, caer, protegerse más todavía como buenamente podía y, tras unos segundos de dominio del irlandés (uno de pie golpeando; el otro tumbado recibiendo), el árbitro decidió que ya era suficiente.

McGregor, que no es sospechoso de ser la persona más humilde del mundo ni el mejor pateador de la UFC, sorprendió con una doble faceta que apenas se había visto en él. Ha sido mucho tiempo para preparar un debut que huele a revancha con Khabib Nurmagovedov, pero, a modo más inmediato, sabe a satisfacción por el trabajo bien hecho. “The notorius” no parece ser “The notorius”. Con el ruso delante es difícil aventurarse, pero el cántaro que va mucho a la fuente... Y McGregor no quiere romperse más de lo que ya lo hizo con Khabib.