Boxeo
Así calienta Tyson Fury su pelea contra Wilder: de la masturbación a las prostitutas y la cocaína
Los dos púgiles se enfrentan este fin de semana con el título mundial de los pesos pesados en juego
“Me masturbo hasta siete veces al día para mantener la testosterona continuamente bombeando. Hay que hacer que la testosterona fluya”, decía hace unos días Tyson Fury sobre su preparación para la pelea de este fin de semana contra Deontay Wilder con el mundial de los pesados en juego.
Ese particular plan de preparación lo complementa Fury con otras actividades: “Como entre cinco y seis veces al día y bebo ocho litros de agua”. añade.
Es sólo una de las frases llamativas que ha utilizado Fury para calentar el combate, la revancha de la pelea que disputaron en diciembre de 2018, combate nulo que permitió a Wilder mantener el cinturón. “Después de la pelea voy a celebrarlo con cocaína y prostitutas. ¿Hay algo mejor que cocaína y prostitutas? Voy a las baratas de 30 dólares”, decía hace unos días. Pero siempre con precaución. A su manera, claro: “Poneos una inyección de penicilina antes”, advierte.
Fury, con fama de histriónico para unos, “bocazas” para otros, es incapaz de contener su verborrea. “Eres el tercer mejor boxeador del mundo", dijo a Wilder en la presentación del combate, en la que llegaron a las manos. “¿Quién es el segundo?”, preguntó el campeón. “Tu madre”, fue la respuesta de Fury.
“Me siento como un león que necesita una presa para alimentarse”, advertía también hace unos días el británico, conocido como “El príncipe gitano”. “Voy a golpearlo en la cara hasta que caiga al suelo”, añadía.
Wilder tampoco se calla, aunque es menos dado al espectáculo y sus declaraciones son más directas. “Te voy a arrancar la cabeza. Soy el león, el rey de la jungla”, advierte. Y recomienda a su rival un futuro lejos de los cuadriláteros. “Cuando te noquee, dedícate a hacer monólogos”, le dice.
El campeón se refirió también a los problemas de Fury con las drogas en el pasado. “No olvides nunca cuando te encontré hasta arriba de cocaína y pensando en suicidarte. Te devolví al mundo del boxeo”, dice Deontay Wilder, que añade: “Proporcioné comida a tu familia peleando contra ti y voy a hacerlo por segunda vez”.
La respuesta de Fury tampoco fue suave. “Le he dado los combates mejores pagados de su vida. He puesto millones en su cuenta. ¿Y así es como me lo agradece? Me lo debe todo”, asegura “El príncipe gitano”.
Wilder, menos locuaz, resume sus intenciones en una frase: “Lo voy a callar a puñetazos”.
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