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Damián Quintero, un sótano y videollamadas durante el confinamiento por el coronavirus

El karateca se levanta a las 8 de la mañana y conecta con el seleccionador a través del iPad. El sueño de los Juegos de Tokio, donde aspira a medalla, sigue muy vivo pese al aplazamiento

Damián Quintero entrena en casa durante el confinamiento
Damián Quintero entrena en casa durante el confinamientoTwitter

Encontrar el hueco idóneo para colocar el iPad y que no se pierda la conexión a Internet. La ecuación parece simple. Pero eso que a algunos incluso logra ponernos de los nervios se ha convertido en las últimas semanas en la principal misión de la mayoría de los deportistas españoles. “Es complicado y te agobia un poco, pero antes de no hacer nada…”, confiesa Damián Quintero en una conversación telefónica con la LARAZÓN desde su residencia en Madrid.

La crisis del coronavirus, que confinó al malagueño en la capital de España, ha obligado al aplazamiento de los Juegos, que debían celebrarse este verano, pero que finalmente se disputarán en julio de 2021. ”Esto que nos ha pasado no deja de ser un reto y yo voy a seguir entrenando con la misma ilusión de llegar a nuestros primeros Juegos”, dice el karateca español que estos días se las ingenia como puede para seguir ejercitándose desde casa. “Entreno en el sótano porque es el único espacio en dónde tengo más distancias con las paredes. Hay una columna de por medio, pero la esquivo bastante bien”, señala entre risas Damián que, a las cinco y media de la tarde, tiene que volver a estar conectado para asistir a su segunda sesión del día. “Si tenía pensamiento de montar algún mueble me parece que no voy a poder”, dice entre más risas.

Desde Talavera de la Reina, el seleccionador nacional, Jesús del Moral, imparte al andaluz y a otros cinco karatecas más sesiones de entrenamiento por videollamada. Todo un reto. “Tienes que acercarte mucho al iPad para mirar lo que está haciendo, las repeticiones… Es difícil, pero no queda de otra”, dice Damián que, aunque no vaya a competir la semana que viene, ni dentro de un mes, no puede permitirse la más mínima relajación. “Es complicado, pero tenemos que estar en forma para cuando pase todo esto”, dice. Por eso, desde el otro lado de la pantalla, Jesús del Moral, que tiene la suerte de contar con un tatami en casa dónde entrena con Sandra Sánchez, no les pierde de vista en las tres horas que dura la sesión. “Baja la posición. Cuidado con esa mano”, le grita desde el otro lado. “¡Ves cómo no puedo relajarme lo más mínimo!”, cuenta Damián entre más risas.

Esterilla, zapatillas...

Con alguna esterilla a modo de colchoneta, “aunque a veces me resbalo” y en un suelo de losa, “si te molesta mucho puedes ponerte unas zapatillas”, Damián considera que la decisión del Comité Olímpico Internacional, aunque le dé un poco de pena, ha sido la acertada. “Se estaban cancelando todos los torneos clasificatorios y es ahí donde radicaba el problema. Desde el COI hacen llegar a las federaciones unas feches límites para que todos sus deportistas estén clasificados y si eso se iba retrasando y no hay tiempo material para trasladar esos torneos, ¿qué iba a pasar? Eso es lo que a mí me preocupaba, y eso que yo estoy ya clasificado. Pero hay algunos que se iban a jugar su plaza en el preolímpico de mayo en París. Había que pensar también en ellos”, señala el español con opciones más clara de medalla en el país nipón.

Preparándose durante cuatro años para lograr el que era su sueño desde niño, Damián tiene claro que no va a tirar por la borda todos los esfuerzos que ha tenido para conseguir su billete para Tokio. Es por eso que a las ocho de la mañana, exceptuando los fines de semana que se permite el lujo de levantarse un poco más tarde, ya está en pie para seguir tachando días a un confinamiento que poco a poco empieza a ver la luz al final del túnel. “Hay que ser positivos”, dice quien sólo sale de casa para ir a comprar al supermercado y nada más." No puedo sacar al perro porque no tengo", bromea.

Con más tiempo libre del que podría llegar a imaginar, “no estoy durmiendo ni la siesta porque no me noto tan cansado”, Damián mata las horas viendo series en Netflix o incordiando a su mujer mientras ésta hace puzzles. “Me divierte”.