Deportes
Javi Guerra, maratoniano: “Estoy como un animal en el zoo”
De 180 kilómetros a la semana a tener que entrenar en casa. Así vive el campeón de España de maratón el confinamiento por el coronavirus
Javi Guerra (Segovia, 1983), al menos, mira por la ventana y... «Tengo una pequeña terraza en la que podemos salir a tomar un poco el aire fresco. Vivo en un chalet a las afueras de Segovia, en un piso entiendo que sería más complicado. Soy un afortunado en ese sentido», cuenta el atleta. Eso no quita que añore la calle. Como todos en estos tiempos de confinamiento por el coronavirus, pero él si acaso un poco más, porque necesita el asfalto, los parques, el campo, para ejercer su trabajo, que es poner su cuerpo al límite y prepararlo para correr una maratón, 42 kilómetros y 195 metros, en poco más de dos horas. En 2h07:27 lo hizo la última vez, más rápido que nunca, la tercera mejor marca en la historia de un español, lo que le valió para ganarse la plaza para los Juegos Olímpicos de Tokio. Fue hace nada, el 23 de febrero, pero parece que ha pasado un mundo. Febrero, el mes de la ilusión para él. Marzo, el mes robado a todos, y por el mismo camino va abril. Javi Guerra, ahora, más o menos, sólo puede mirar por esa terraza. «Es una sensación como cuando a un animal lo metes al zoo y no puede moverse o sólo puede moverse un poco y se siente un poco prisionero. Necesitas esa actividad, intentas hacerla en casa, pero no es lo mismo», explica.
Se las apaña como puede, como todos los deportistas estos días raros que toca vivir. Suele hacer unos 160 o 180 kilómetros a la semana en circunstancias normales. Ahora ni cuenta la distancia que recorre. Lo que intenta es no volverse «loco», trabajando «por pulso» y manteniéndose activo para «salir de esto limpio, sin lesiones». Y lo hace con los elementos que tiene a mano. Para el cardio empezó con un rodillo y lo cambió después por una cinta que le llegó y a la que se ha tenido que acostumbrar porque al principio le daba la impresión de que «los ritmos son más rápidos». «Es todo más monótono, el movimiento, la mecánica, la técnica... No hay curvas, ni una subida y una bajada, aquí siempre es la misma posición, la misma zancada...», analiza. Y de la cinta a instrumentos más caseros para los ejercicios de fuerza: una pelota de Fitball, gomas, bosus e incluso unas garrafas de agua que usa como pesas.
Pero lo que toca ahora es estar en casa. Ha pasado un mes y medio en el que ha vivido varias fases:
La primera, «incredulidad»: «No terminábamos de creer lo que estaba sucediendo y las noticias no eran claras».
Más tarde pasó a la «preocupación» y la «tensión»: «Cuando se decretó el estado de alarma al principio veíamos que nosotros somos trabajadores y queríamos poder entrenar porque estaban los Juegos. Hablamos con atletas italianos que sí tenían permiso...».
Lo siguiente fue la aceptación: «...Pero al final comprendes que la situación era muy grave y nuestro sitio es estar en casa, no tiene sentido estar entrenando en otro lugar en el que te puedes hacer una torcedura o cualquier imprevisto y eso te supone ir al hospital, donde ahora no están para atender cosas de estas porque hay otra más importante».
Y el alivio, por fin, cuando se confirmó que Tokio se aplazaba hasta 2021: «Respiramos con la noticia porque ya no teníamos que estar en cuatro meses al máximo nivel. Ahora sabes que hay margen».
Javi Guerra tendrá que esperar un poco para cumplir su sueño, que ya es «un poco cabezonería», como dice él, un empeño después de que hace cuatro años no pudiera disputar los Juegos de Río por una tromboflebitis que le dio cuando ya estaba en la ciudad brasileña preparado para el gran día. Un ciclo olímpico después ha vuelto con más fuerza y mentalizado para aprovechar el año extra y tratar de ser un poquito mejor.
El campeón de España de maratón ya ve un poco más las noticias, algo que al principio evitaba para no meterse en la cabeza un mensaje triste por la situación. «Se va viendo que el país sale hacia adelante, pero va a ser muy poco a poco», admite. En casa espera la llegada de Marta, su mujer, que es policía y está centrada en tratar que la gente no cometa infracciones. Porque no todo el mundo está concienciado. Y espera también «que pasen los días y nos den esa luz verde para salir a la calle».
✕
Accede a tu cuenta para comentar