LaLiga Santander
Una Liga de 11 jornadas: las claves de la nueva normalidad del fútbol
El regreso a la competición será una prueba de resistencia física y mental para los jugadores.
La nueva normalidad del fútbol no puede estar más alejada de la normalidad. Después de tres meses sin disputar un encuentro oficial y tras haberse sometido a una pretemporada rápida, los futbolistas regresan a una competición que los recibirá con estadios vacíos y con la obligación de jugar partidos cada tres días hasta que acaba la Liga. Una Liga de 11 jornadas concentrada en poco más de un mes. Quien mejor sepa gestionar la exigencia física y mental estará más cerca de la victoria.
Jugar sin público. Quizá sea el factor que más condicionará el regreso a la competición. Los equipos que actúen como locales se sentirán huérfanos sin el apoyo de su afición y los visitantes, aliviados al verse liberados de la presión que les llega habitualmente desde la grada. Como se ha visto en la Bundesliga, la ausencia de público equilibra las fuerzas y aleja los nervios de los futbolistas que actúan lejos de casa.
Preparación física. Las lesiones musculares serán una de las grandes amenazas a las que se enfrentarán los futbolistas. El trabajo físico hecho durante esta pretemporada a la que se han sometido los equipos será fundamental para tratar de prevenir esos percances. Los conjuntos mejor preparados físicamente caminarán un paso por delante al resto.
Cinco cambios. Esta medida se ha aprobado para aliviar a los futbolistas de la carga física que sufrirán al volver a competir y para tratar así de evitar lesiones. Antes de empezar la competición ya se ha instalado el debate de si favorecerá más a los equipos grandes o a los pequeños. Como sucede con los tres cambios habituales, el favorecido será el equipo que tenga al entrenador que mejor sepa gestionar esos cinco cambios, el que mejor sepa administrar los recursos de su plantilla. Como siempre.
Partidos cada tres días. No todos los equipos están habituados a la exigencia mental y física de disputar un encuentro cada 72 horas o menos. Los entrenadores y los futbolistas deberán aprender a manejarse en esta circunstancia. Apenas habrá tiempo para el descanso y la recuperación, física y mental.
Resistencia mental. Si el examen físico al que se someterán los futbolistas será importante, no lo será menos su capacidad y la de sus entrenadores para superar esa prueba de resistencia mental a la que se verán sometidos en el próximo mes y medio. La presión de la competición será constante, más aún que en circunstancias normales.
Una Liga de 11 jornadas. Condicionados por todo lo sucedido en las 27 jornadas anteriores, por los puntos obtenidos, pero a su vez como si empezaran de cero, como si fuera una temporada nueva. Una sensación extraña. Campeón, clasificaciones europeas, ascensos y descensos se decidirán en seis semanas de máxima intensidad en el caso de la Liga Santander y en ocho semanas en la Liga Smartbank.
Sin margen de error. En las once jornadas que restan apenas habrá margen para enmendar los errores deportivos. Una mala racha acabará por condenar al equipo que la sufra.
Rapidez de adaptación. Quienes mejor y más rápido sepan adaptarse a esta nueva normalidad estarán más cerca de su objetivo.
Protocolo sanitario. Mantener la distancia social, llevar mascarilla, en definitiva, cumplir las normas básicas para evitar contagios, algo que algunos futbolistas no han hecho en las últimas semanas.
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