Coronavirus
El tenis no lo tiene claro
El Abierto de EE UU quiere mantener las fechas (30 agosto-12 septiembre), pero son tantas las incomodidades que algunos tenistas podrían no ir. El 15 de junio se publica el calendario
«Quedan cosas por decidir. Está todavía en el aire todo», dicen desde el entorno de varios tenistas. La reunión que han mantenido responsables de la ATP y del Abierto de Estados Unidos con casi 500 jugadores no sirvió para aclarar el futuro del tenis ya, sólo como punto de encuentro en el que conocer las propuestas. Se han dado cinco días para decidir, protestar, proponer... Y el próximo lunes 15 de junio sí tendrá que salir un calendario de lo que queda de 2020. El primer gran torneo que hay a la vista es el Abierto de Estados Unidos, habitualmente el último Grand Slam del año, que ha mostrado la intención de mantenerse en las fechas que estaban previstas: del 30 de agosto al 12 de septiembre; aunque también se ha reiterado en las medidas que muchos jugadores ya han criticado. No habría fase previa y el cuadro de dobles se reduciría a 24 parejas, lo que afectaría a más de 300 jugadores y jugadoras, a los que se podría compensar económicamente; los tenistas tendrían que viajar en un charter, estar en un hotel cerca del aeropuerto, nada de ir a Manhattan, sólo podrían acudir a las instalaciones con el entrenador, controles cada dos o tres días, sin público... Demasiadas incomodidades en una ciudad que ha sido y es de las más afectadas por el coronavirus y que apenas está empezando la fase de desescalada, que podría prolongarse por un par de meses como mínimo. Sin ir más lejos, ahora no se puede volar allí desde un montón de países. Todo eso ha llevado a que jugadores como Rafa Nadal dijera recientemente que «ahora mismo» no le «apetece» ir a Nueva York y que no quiere que el torneo se dispute «si no están todos los jugadores». El balear es el defensor del título. Por su parte, Djokovic ha asegurado en la televisión pública de su país que con las medidas que les han propuesto le parece «bastante inimaginable» jugar el Abierto de Estados Unidos. «Son condiciones bastantes extremas para jugar. No sé si es sostenible», insistió el serbio, que expuso lo que a él le parecía más lógico: «Lo más realista es que la temporada continúe en tierra batida a principios de septiembre con los torneos de Madrid, Roma y probablemente alguno más antes de Roland Garros [que desde el primer momento mostró su intención de pasar de mayo a septiembre]». Por tanto, la intención del «Grande» norteamericano es jugarse sí o sí, para reducir las pérdidas, pero antes tiene que convencer a alguna de las mejores raquetas porque los grandes torneos los hacen los grandes jugadores. ¿Merecería la pena disputar un Grand Slam sin los mejores del mundo? ¿Qué pasaría con los puntos ATP en ese caso?
Con la idea de Djokovic los tenistas tendrían un rodaje previo en tierra batida antes del Grand Slam. En realidad sería como si hubiera habido un paréntesis y retrasar unos meses la gira sobre polvo de ladrillo, de la primavera a finales de verano y otoño, pero en miniatura porque seguirán faltando citas clásicas como el Conde de Godó o Montecarlo. El campeonato de preparación para el Abierto de Estados Unidos, para la pista dura, sería el Masters 1.000 de Cincinnati, que podría disputarse también en Nueva York, para evitar viajes, pero eso haría que los y las tenistas tuvieran que estar un mes en la ciudad de los rascacielos.
✕
Accede a tu cuenta para comentar