Fútbol

Narcotráfico

30 años de la “Operación Nécora”: así era el Cambados de Sito Miñanco

Llegó a Segunda División B desde Regional Preferente con jugadores a los que pagaba sueldos desorbitados. Algunos de los protagonistas no recuerdan los excesos de los que se habla

Juventud Cambados, con Sito Miñanco de presidente
Juventud Cambados, con Sito Miñanco de presidenteLa RazónLa Razón

«En Galicia decimos que el narcotráfico gallego nació en Carabanchel», dice Nacho Carretero, el autor del libro «Fariña». En la cárcel madrileña entraron en contacto en la década de los 80 contrabandistas de tabaco como Sito Miñanco con los cárteles de la droga en Colombia. Se dice que Miñanco quería parecerse a Pablo Escobar y no sólo en el bigote, de ahí que se convirtiera en el presidente del club de fútbol de su pueblo, el Juventud Cambados, en el que incluso había jugado de niño, como el famoso narcotraficante colombiano hizo con el Independiente de Medellín y, sobre todo, con el Atlético Nacional, que llevó a conquistar la Copa Libertadores. El fútbol era una forma de márketing, de dar una imagen limpia, aparte de una pasión, y Miñanco se dejaba ver por el campo e iba al vestuario a felicitar a los futbolistas. El Juventud Cambados jugaba en Regional Preferente, en campos de tierra, embarrados habitualmente, pero en tres años llegó a Segunda B por primera y única vez en su historia. Se convirtió en un referente en Galicia.

Dicen que el dinero no da la felicidad, pero es indudable que ayuda, venga de donde venga. Miñanco fichó a Sanisidro, que era el portero del Dépor; a «Dibuja», del Pontevedra; a Bericat, del Ourense... Jugadores gallegos de nivel. «Algo de mito hay de que ese equipo estaba formado por estrellas. Yo una estrella no me consideraba, si no el Ourense no me hubiera dejado marchar. Tampoco me llovían las ofertas», dice Bericat, en un «Informe Robinson». El equipo llegó a ser el tercero de Galicia, sólo por detrás del Deportivo y el Celta. Los sueldos de los fichajes llegaban a los tres millones de pesetas, una barbaridad en la época. «Sí se cobraba un poco más», admite Bericat en el mismo programa. A eso se añadía un extra, unas primas que llegaban al vestuario en bolsas repletas de dinero. Se pagaba en B, una práctica, que, por cierto, no ha desaparecido en el deporte. Pero se pagaba mucho y, aunque se sospechaba el origen, era mejor hacerse el loco.

La campaña del ascenso a Segunda B, la 1988-89, el Juventud Cambados batió todos los récords. Sacó 13 puntos al segundo, el Juvenil de Ponteareas, al que venció en los dos duelos directos por 6-1 y 0-3. Sonado fue el premio por subir de categoría: un viaje que hizo el equipo con amistosos en Venezuela o Panamá, y, según las versiones, con todo tipo de lujos, gastronómicos y lujuriosos. «Yo no vi nada de cenas ni nada», insiste Bericat. Miñanco estaría ese año como presidente. Durante todo ese periodo (1986-1990) al equipo llegaron fisioterapeutas, se construyó una grada con capacidad para albergar a una décima parte de la población de la localidad, que era de unos 13.000 ciudadanos, y se construyó un nuevo campo con césped. El equipo estuvo hasta la 1991/92 en Segunda B y llegó a rozar el ascenso al terminar cuarto. Incluso jugó en el Santiago Bernabéu contra el Real Madrid B. Justo ahora se cumplen 30 años de la «Operación Nécora», que supuso el primer gran golpe contra el narcotráfico gallego. El principio del fin también del sueño del Juventud Cambados. En la temporada 1994/95, ya estaba otra vez en Regional. Algunos de los futbolistas de la época tienen amnesia sobre ciertos aspectos, pero insisten en que lo que lograron tuvo un valor deportivo. «Se habló del dinero de Sito, los grandes sueldos o mariscadas semanales que yo, la verdad, no recuerdo. Lo que puedo asegurar es que hubo mucho trabajo y un gran esfuerzo para ir a entrenar cuatro días a la semana a Cambados y uno para jugar. Bericat y yo íbamos a O Carballiño y ahí se nos unía Mario, que venía de trabajar de Cortegada. Llegábamos a casa a las doce y al día siguiente tocaba trabajar», afirmó «Dibuja» en «La Voz de Galicia» en 2018, en pleno auge de la serie «Fariña».