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Juanma Lillo y el misterio de la Coca Cola

Guardiola ha contratado como ayudante en el Manchester City al técnico al que llama «maestro» y que sorprende con frases como: "El fútbol no es una isla, es un continente"

Fútbol.- El entrenador español Juanma Lillo, nuevo técnico asistente de Pep Guardiola en el Manchester City
El entrenador español Juanma Lillo.MANCHESTER CITY09/06/2020larazonMANCHESTER CITY

Toc, toc. Una llamada al vestuario del entrenador local, Juanma Lillo, donde el Barcelona había ganado 2-4 en el arranque de la Liga 1996/97. Habla el delegado del Oviedo: «Guardiola te quiere conocer». Y ese fue el comienzo de una hermosa amistad que ahora vive un reencuentro en el Manchester City, donde Pep ha decidido que el que considera su «maestro» sea su ayudante.

El primer encuentro de larga duración entre ambos fue en el Dorados de Sinaloa, con Lillo en el banquillo y Guardiola como uno de sus jugadores. Se fue hasta México para ser dirigido por él. Cuando tocó a su puerta en Oviedo fue porque le gustaba lo que había visto en el campo ese día y el curso anterior, en el Salamanca, club en el que Lillo hizo historia al subirlo desde Segunda B a Primera. «Los demás son jugadores que después entrenan y él es un entrenador al que antes le dio por jugar», suele decir Juanma de Guardiola. En México, Pep aprendió antes de empezar a volar solo en los banquillos. De esos días recuerda el exdelantero «loco» Abreu en una radio argentina las sobremesas de horas hablando de fútbol, usando cuchillos y tenedores para representar situaciones.

Lillo es un personaje que no deja indiferente, entre los que lo consideran un visionario de su deporte y los que recelan de él porque nunca ha ganado un título o por su peculiar manera de hablar. Es capaz de responder en una entrevista que claro que el fútbol cambia porque «cambiando la sociedad y los entornos cambia el hombre que vive en ellos y también el fútbol, porque está dentro de la vida». Para rematar: «El fútbol no es una isla, es un continente». Hay webs que recopilan frases como: «Cuanto más te aproximas a la portería, más te alejas del gol». O: «No todas las opiniones son respetables, lo que es respetable es el derecho a opinar, porque yo sobre el proceso del crecimiento de las mariposas en Camerún puede decir que para mí es demasiado lento... Mi derecho a opinar es inalienable, se ha peleado por tenerlo, pero me dirán qué vale mi opinión sobre las mariposas en Camerún». O: “Lo mejor es intentar poner a jugadores que tarden más en perder la pelota, porque así no hay que correr para atrás. Muchas veces elegir jugadores para cuando la pierdes hace que sean esos jugadores precisamente los que más fácil la pierden, con lo cual hay alguno que se daría trabajo a sí mismo a base de perderla, porque así sabe que le van a poner siempre: como yo estoy para cuando la perdamos, la pierdo”.

La palabra es uno de sus fuertes y hay varios jugadores que dicen que es el entrenador con el que más han aprendido. Uno es Mikel Aramburu, el excapitán de la Real, equipo al que dirigió en Segunda y con el que no logró el ascenso. Cuando llegó a mitad del curso 2007/08 habló uno a uno con los futbolistas. Las conversaciones duraron siete horas.

Relativiza el fútbol con comentarios como «el entrenador es un esclavo del jugador, un orientador que tiene que elegir a quien poner, porque si no los futbolistas se pondrían siempre de titulares». Pese a que fue el primero en utilizar el 4-2-3-1, en la Cultural y después en el Salamanca, también dice que de los sistemas se habla porque hay que llenar horas de radio y televisión, porque después «los jugadores se mueven».

El camino con Guardiola se podía haber cruzado antes, porque en las elecciones de 2003 en el Barcelona, el candidato Bassat tenía a Pep como director deportivo y Lillo era su opción de entrenador. Uno de los equipos de Juanma fue el Almería, y en lugar de vivir en la capital, lo hacía en La Fabriquilla, un pequeño pueblo de Cabo de Gata con apenas unas casas, un bar y a dos pasos del mar. En 2010 se enfrentó al Barça que acababa de ganar el «sextete», con Guardiola ya como referente mundial. Dijo de él: «Todo el mundo habla no por lo que Pep es, sino por cómo le han salido las cosas. Se establece una relación causa-efecto entre la capacidad y los resultados porque ya conocen los resultados, y me fastidia. Si el Chelsea hubiera marcado otro gol [en las semis de Champions de 2009], no se diría lo mismo. Yo hablo del Pep del Barça B. Daba gusto la propuesta de ese equipo en Tercera. Si alguien quiere saber lo que es Pep que pregunte a aquellos chavales». Lillo ya ha vivido un par de partidos de la Premier con el City. Está allí, aunque seguramente no sabe por qué, si se hace caso a una de sus reflexiones: «Tengo claro por qué nos echan a los técnicos: por perder. Lo que aún no sé es por qué nos contratan. Es un misterio, como el de la Coca Cola».