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Los capitanes asumen el fracaso; para Simeone, lo dieron “todo”

"No hemos podido jugar como queríamos", resumía el Cholo tras la derrota del Atlético ante el Leipzig

RB Leipzig vs Atletico Madrid
Simeone da instrucciones durante el partidoLluis Gene / POOLEFE

Reservó Simeone en el banquillo los 126 millones que costó Joao Félix el pasado verano. Es el fichaje más caro de la historia del club madrileño. El plan A del Cholo suele ser el de la consistencia, el del sudor, el de resistir, lo que se suele llamar solidez, pero sólo con el plan B encontró el equipo español la manera de quitarse de encima a un rival que estaba siendo mejor.

Pero el portugués no fue suficiente. La sensación en el Atlético al acabar el partido era que el Leipzig había sido muy superior. «En todo momento han sido mejores, han sido más rápidos, más intensos. Cuando son mejores hay que dar la enhorabuena al rival y reflexionar todos sobre el partido», confesaba el capitán Koke después de caer. «No nos ha dado para igualar la intensidad de ellos. Cuando mejor estábamos con el 1-1 ha llegado el segundo gol de ellos», añadía. «Cuando pierdes estás dolido y triste», concluía.

En la misma línea se explicaba Saúl, otro de los capitanes del equipo. «Hay un poco de culpa por las dos partes siempre. Hay que dar mucho mérito al equipo rival. Nosotros tenemos mucha culpa de no entender el juego. Jugadores como yo tenemos que leerlo más rápido para ayudar al equipo», asumía el centrocampista internacional.

«La derrota duele mucho», insistía Saúl. «El equipo rival ha sido superior en muchas fases, han entendido mejor el partido, han tenido superioridad en muchas zonas y era difícil robar o llegar a cortar incluso», añadía.

El «8» del Atlético asumía su responsabilidad, pero también miraba al planteamiento, esa idea de juego del Atlético que consiste en acumular hombres en su área para proteger a Oblak. «Cuando hay muchas superioridades te generan muchas dudas a la hora de salir y cuando recuperas a tantos metros de la portería rival es difícil avanzar», asume.

Los jugadores hacían autocrítica. El entrenador, no tanto. Suya fue la decisión de dejar a Joao Félix en el banquillo, el jugador que después cambió el partido. «No hemos podido jugar como queríamos, pero estoy convencido de que dimos todo lo que teníamos», aseguraba el técnico rojiblanco. Simeone acabó destacando la temporada de su equipo, un año de transición «en el que hubo que insertar a muchos jugadores nuevos». Pero año sin títulos y en el que ha estado muy lejos de poder conseguirlos.