Champions
Inter-Real Madrid (0-2): El lado bueno del Madrid
El equipo de Zidane volvió a mostrar su mejor cara en el día más complicado. Fue muy superior al Inter todo el partido, tuvo el balón y oportunidades. Arturo Vidal se expulsó y perjudicó a los suyos
Es tan raro este Madrid que el día más difícil de la Champions, fue en el que mejor estuvo. Muy por encima del rival, seguro con la pelota, con oportunidades y goles. Muy de Zidane eso de mostrar la mejor cara en la situación más agobiante. No tenía ni a Ramos ni a Benzema, no empezó Casemiro y no los echó de menos, El terrible Inter que a lo que mostró en Valdebebas sumó a Lukaku se sintió tan inferior que se puso nervioso y dejó que la peor parte de Arturo Vidal saliese a la luz: el lado desquiciado, el macarra que cada vez está más presente que el futbolista. Se quitó de en medio cuando su equipo iba perdiendo por un gol e impidio cualquier asomo de reacción con su expulsión. Y resulta que el Madrid, que tan mal se vio tras los dos primeros choque, ve más que factible terminar primero en este grupo de Champions. Con la pinta que dejó en Milan, ahora es la opción más probable.
Fue un Real Madrid ofensivo, con Modric, Kroos y Odegaard en el centro del campo, para sacar la pelota y evitar la presión con la que el Inter de Conte impide que los contrarios salgan de su campo. Pero para dejar las cosas claras, los tres del centro del campo empezaron a mover al equipo como nunca. Kroos empezaba las jugadas y Odegaard, por fin, dejó pistas de la visión que tiene cuando está cerca del área rival. Su pase para Nacho fue el penalti con el que Hazard abrió el partido y lo puso de cara cuando el rival aún estaba frío.
No veía la pelota el Inter, porque el Madrid la movía por todas las zonas del campo, con largas posesiones, para evitar el ímpetu rival. Era en la derecha donde los de Zidane encontraban alivio csi se presentaba algún problema. Allí Lucas Vázquez y Carvajal han hecho buena pareja. Lucas fue lateral hace un par de partidos y ahora es un extremo infatigable y ocurrente. Firmó el pase del segundo gol, maravilloso, ya en la segunda parte. Hasta entonces su partido había sido excepcional, de los mejores en los últimos años. Hay futbolistas que no cuentan al principio de temporada y se rinden. Hay otros, como Lucas, que en cuanto ha visto un hueco, una oportunidad, la ha peleado para no reprocharse nada.
El fútbol de los centrocampistas y el espíritu de Lucas, de Mariano (aunque su papel fue más bien discreto) y el de Nacho mezclaron fenomenal. Llegaba el Madrid a San Siro con todo el mundo recordándole lo que le pasaba cuando jugaba sin Sergio Ramos en Champions. Pues llegó Nacho, hizo de delantero en el penalti y aburrió a Lautaró, que se fue en el descanso y Lukaku, que nunca apareció.
El Inter mostró algo de orgullo en el comienzo de la segunda mitad, pero entre el aplomo del Madrid con la pelota y las ganas de armar jaleo de Arturo Vidal se fue quedando sin vida y poniendo muy en peligro su continuidad en la Champions. El chileno protestó un penalti como si no hubiera VAR que lo viese después. Se encaró con el colegiado y éste le mostró una amarilla. Eso le enrabietó más y acercó, desafiante, su cara al colegiado. No se lo permitió y en un minuto le sacó la segunda amarilla. Vidal golpeó todo lo que encontró en su salida del campo, como quien busca un culpable antes de mirar hacia sí mismo.
Aguantó bien el Madrid bien la salida del Inter en la segunda mitad y jugó el partido que quería, ya con uno más. Zidane aprovechó para ir probando un equio sin nueve: puso de delantero a Hazard cuando quitó a Mariano y también a Vinicius.
Antes había sacado a Rodrygo, que marcó el tanto de la victoria en el choque de ida y en el primer balón que toco, aprovechó el pase de Lucas para volver a hacer gol. Tiene algo con la portería rival, algo bueno, Rodrygo.
Y el Madrid, ahora, vuela.
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