Combate

“Iron Mike” vuelve por un día

Tyson vuelve a subirse a un cuadrilátero para enfrentarse a Roy Jones en una exhibición

Mike Tyson
Mike TysonLa RazónLa Razón

Mike Tyson era una bola de demolición en el cuadrilátero. Un tipo no demasiado alto, compacto, que golpeaba con la rabia que le quedaba de los años en la calle y en las diversas instituciones que lo tutelaron. Aquella criatura que se convirtió con 20 años en el campeón más joven de la historia de los pesos pesados, ha cumplido ya los 54 y regresa esta madrugada al boxeo después de 15 años retirado.

Su rival, Roy Jones, considerado en alguna ocasión el mejor boxeador del mundo libra por libra, es algo más joven. Tiene 51 años y se retiró sólo hace dos. Ahora tienen la ocasión de disputar la pelea que no disputaron cuando estaban en activo. Un regreso a su pasado más glorioso. Aunque las reglas sean diferentes para proteger a los dos «jubilados». El combate se disputa en el Staples Center de Los Ángeles a ocho asaltos de dos minutos. Hasta los guantes son diferentes, en lugar de calzarse los habituales de 10 onzas, utilizarán unos de 12, más grandes, más «blandos». Tampoco se permite que haya un KO. Así lo establecen las reglas de la Comisión Atlética de California, que impide noquear a boxeadores de más de 50 años, por lo que la labor del árbitro será fundamental.

Tyson ha adelgazado 45 kilos antes de volverse a subir a un ring. Empezó haciéndose vegano y después su mujer lo animó a subirse a la cinta de correr. Lo que empezó siendo un paseo de 15 minutos para bajar de peso acabó convirtiéndose en dos horas de carrera para ponerse de nuevo en forma.

Combate Tyson
Combate TysonTania Nieto

La dieta fue el comienzo del regreso a la vida sana. «Tenía presión arterial alta, estaba casi muriéndome y tenía artritis. Convertirme en vegano me ayudó a eliminar todos esos problemas. He perdido peso. Ahora he bajado más de 45 kilos y me siento con ganas de cambiar mi vida», ha reconocido «Iron Mike». «Estaba tan congestionado por todas las drogas que tomaba que no podía respirar», añade. Cuenta que incluso una de las muchas veces que lo paró la Policía –ha sido detenido 38 veces en su vida– acabó llevándole a «pillar» después de reconocerlo.

El único contacto con la droga que admite ahora es a través de su plantación de marihuana conocida como Tyson Ranch, legal y destinada a fines terapéuticos. Admite que ha llegado a fumarse hasta 35.000 euros al mes, pero en realidad la marihuana le ha salvado de la ruina. Tyson ganó 300 millones de dólares en su carrera y lo que no se gastó se lo debía a Hacienda. Su vida estaba arruinada personal y económicamente, pero las ventas de la producción de Tyson Ranch le permiten ingresar ahora aproximadamente medio millón de dólares al mes. Además, en su rancho Tyson emplea a veteranos de guerra a los que permite reincorporarse a la vida civil. Entre sus planes estaba también la creación de un gran hotel, un resort, destinado a los consumidores de cannabis.

La vida de Tyson ahora es mucho más tranquila. Vive con su esposa y sus hijos pequeños –ha tenido siete con diversas mujeres–. El episodio más duro de su vida fue el fallecimiento de su hija Exodus, que murió en un accidente casero al enredársele un cable alrededor del cuello.

Lejos quedan los tiempos de violencia desatada, en los que perseguía a Brad Pitt, al que pilló en la cama con su primera esposa, Robin Givens, y que le suplicaba que no le pegara. O se encaraba con Michael Jordan mientras le gritaba «sé que te has tirado a mi chica». Se refería también a Robin Givens, pero la bronca acabó sin consecuencias.

Todo eso parece superado, hace años que no pisa la cárcel, y ahora Tyson se propone donar los diez millones que ganará por el combate a la beneficencia. Y se toma la preparación de la pelea con humor. Ha bromeado incluso con uno de los episodios más famosos de su carrera, cuando mordió la oreja de Evander Holyfield hasta arrancarle un trozo. Hizo un vídeo por Acción de Gracias con sus dos hijos pequeños en los que el pavo era la cabeza de Roy Jones. Tyson se comía una de las orejas mientras afirmaba «está más rica que la de Holyfield». Sus hijos le miraban con cara de asco y la cabeza acababa convertida en comida para el perro. Holyfield pudo haber sido su rival para este combate, pero el elegido fue Roy Jones, que por fin podrá decir que se ha enfrentado a Tyson. Es la pregunta que siempre tenía que responder. «Vaya donde vaya la gente me pregunta ’'¿Alguna vez peleaste con Mike Tyson?’' Ahora ya no tengo que decir que no», asegura. «Estoy muy contento de tener esta oportunidad porque ahora puedo decir que sí, lo hice. Claro que lo hice», añade.

«Pensaba que mi carrera estaba acabada», dice Jones, pero cuando le llamaron para ofrecerle la pelea con Tyson comprendió que aún le quedaba camino por hacer. «Estaba en mi lista de deseos», reconoce. Y se ha preparado para ello. «Tan duro como la última vez que peleé. Subir al ring con uno de los hombres más peligrosos que jamás haya aparecido en el boxeo es un reto», dice. «Uno de los pegadores más duros en la historia de los pesos pesados, el campeón más joven de todos los tiempos. ¿No te vas a preparar?», se pregunta.