Fútbol
Un Barcelona bueno e inocente puede con el Huesca (0-1)
El equipo de Koeman, muy necesitado de triunfos, vence y juega un buen partido de fútbol ante el colista, pero perdona demasiado
Estaba Messi pelado de frío en el calentamiento previo al partido contra el Huesca. Bueno, Messi y los otros 21 jugadores que había en el césped en un día de esos que apetece más estar en el sofá debajo de la manta que jugando al fútbol. Pero no está el Barcelona, ni su capitán, para muchos más despistes y no tardaron en activarse ante el colista de la Liga, que, ojo, puede presumir de ser uno de los equipos que ha quitado puntos al líder Atlético. Se activó Messi, lo hizo Pedri y también Dembélé, que volvía a la titularidad después de dejar buenas sensaciones ante el Eibar, aunque el resultado fuera un fiasco ante los de Mendilibar. Al Huesca le gusta tener la pelota, pero sabía que contra el rival que tenía enfrente no iba a ser el día. Su opción de ataque estaba clara: no perder el balón cerca de su portero, para lo que empezaba las jugadas con un centro largo a Rafa Mir. El delantero de 1,91 de altura tenía que cuerpear con los centrales, ganar esa pelota y así podía comenzar el conjunto aragonés desde la segunda jugada. Fue un plan que no le salió en toda la primera parte. Apenas pudo asustar a Ter Stegen y sí sufrió una buena versión del Barça, equipo que esta temporada se ha mostrado capaz de lo mejor y de lo peor, aunque en ningún caso es un equipo contundente. Para todo lo que generó hasta el descanso, sólo obtuvo el premio del gol de De Jong, que entró por sorpresa desde atrás para rematar el pase de Messi, que pareció teledirigido. El «10» jugó esta vez retrasado, lo que hace que pierda eficacia como goleador, para ser uno más en la cadena de pases en ataque. Pedri se colaba entre líneas, jugó bien, pero le falló el gol en dos que tuvo claras, y Dembélé y Jordi Alba hacían pupa por la izquierda, mientras Griezmann lo miraba todo desde el banquillo.
Estaba equilibrado y rápido el conjunto azulgrana, pero con sólo un gol en el zurrón, también por las paradas de Álvaro, sobre todo en un vuelo tras un tiro de falta de Messi. El tiempo, en parte, jugaba a favor del Huesca si no llegaba el segundo. El Barça es un equipo nervioso este curso, que a veces regala goles y a veces se cae. La tuvo Dembélé y también falló y el duelo entró en un momento de mayor igualdad. Seguía mandando el equipo de Koeman, algo más estático, eso sí, pero ya no estaba tan tímido el colista, que salió una vez, después otra, forzó un córner... Y ahí Rafa Mir, con un taconazo, estuvo a un milímetro del empate, pero lo evitó Ter Stegen. Las jugadas a balón parado no miran si se ha jugado bien, mal o regular.
Esperó hasta el último cuarto de hora Míchel para buscar algo más, con la salida de Okazaki, Ferreiro y Juan Carlos, para intentar una presión más arriba, recuperar la pelota y meter la directa ante Ter Stegen. A cambio concedía espacios atrás, pero ni así encontraba el segundo el Barcelona: Messi se chocó con Álvaro y Dembélé falló en el control previo al remate. Por más que inventara Pedri maneras de meter balones a sus compañeros, no los resolvían. Es demasiado inocente este equipo de Koeman, que se ganó un rato de incertidumbre innecesario, porque había hecho méritos para tener un final más tranquilo.
Se intentó resguardar Koeman con la presencia de Mingueza como lateral en un final en el que el Huesca tuvo más presencia. El holandés se pudo temer lo peor, pero esta vez su equipo no le traicionó.
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