Mundial de balonmano

España pasa por encima de Francia (35-29) para llevarse el bronce

Liderado por Álex Dujshebaev en ataque, con un gran Corrales en la portería y con intensidad defensiva, los Hispanos se cuelgan una nueva medalla

Los Hispanos celebran la medalla de bronce que conquistaron en el Mundial de Egipto después de vencer a Francia
Los Hispanos celebran la medalla de bronce que conquistaron en el Mundial de Egipto después de vencer a FranciaKHALED ELFIQIEFE

Perder contra Dinamarca en semifinales, una decepción. Poco más de 24 horas por delante para sobreponerse, porque el Mundial no había acabado. Esperaba un premio suculento: la medalla de bronce, con Francia enfrente, también decepcionada tras haber caído ante Suecia. Es un duelo táctico, como todos, pero también de querer, de cabeza, de olvidar rápido lo sucedido: es un podio, terminar el campeonato con una victoria y con algo reluciente en el cuello. Eso es mucho. Y España quiso volver a sentir esa sensación. Lo hace habitualmente, oro, plata o bronce, casi siempre en la lucha por los premios, una generación inolvidable que tendrá para muchos de sus jugadores un punto final: los Juegos Olímpicos de Tokio (si es que se celebran, si es que la pandemia lo permite) el próximo verano.

Desearon con ganas ese metal los Hispanos. Lo dijeron el día anterior, pero luego hay que demostrarlo en la pista. Se suele decir que querer es poder, pero no siempre es así. Hay más cosas. No necesitó ni entrar en calor el equipo nacional. Estaba desde el arranque enchufadísimo. Dispuesto a no dejar escapar la oportunidad. Fue un torbellino liderado por Álex Dujshebaev, que desde hace mucho, mucho tiempo dejó de ser sólo el hijo de Talant. Es un orgullo para él que su padre sea una leyenda, pero él está creando su propia historia. Es joven, él seguirá más allá de Tokio, es el futuro líder del equipo, aunque ya lo es un poco, dentro de un equipo que presume de grupo. Es valiente Álex. Y listo, porque en las primeras jugadas robó dos balones haciendo así como que baja a defender, pero mirando por el rabillo del ojo para adelantarse a la jugada e interceptar el pase. Inteligencia, visión de juego en el pase y brazo. Menuda primera parte firmó. Menudo partido, vaya... Cómo sonreía con cada caderazo. Y ojo con su hermano Dani, que tiene 23 años, cinco menos, y en este Mundial y en un duelo como este también tuvo su cupo de protagonismo.

Pero los encuentros se juegan en las dos partes del campo y en balonmano mucho más que en otros deportes, si no hay defensa es complicado. Pasó en semifinales: España no logró parar al huracán danés y a Mikel Hansen. Pero ante Francia la actividad de piernas fue espectacular. Todos a una, como un pulpo gigante. Con riesgo, porque era una defensa muy abierta, pero con la solidaridad necesaria para llegar a las ayudas. Y con Rodrigo Corrales en portería otra vez haciéndose inmenso, bien secundado por Gonzalo, que salía para los siete metros, y detuvo dos. El primer tanto francés no llegó hasta los cinco minutos y 34 segundos. Ya había recibido cuatro y las ventajas llegaron hasta los cinco tantos (7-2, 11-6) y se quedaron en tres al descanso, después de que en el último segundo Álex Dujshebaev se inventara el último gol.

Iba bien el partido. Las sensaciones eran de mayor superioridad que esos tres tantos que señalaba el marcador. Se trataba de aguantar un poquito más, que el tiempo jugaba en favor de España. Francia tenía a uno de sus mejores lanzadores, el barcelonista Mem, tocado en un tobillo, pero salió a jugar medio cojeando para apurar las últimas opciones de los “bleus”. Se colocó Francia a un tanto (16-15) casi nada más empezar la segunda mitad, pero si algo tiene España es que sabe gestionar bien las situaciones. Templa los nervios, que están, cómo no, pero no se notan. El trabajo estaba siendo bueno, había que insistir. El riesgo de jugar tan abierto, tan activos, era propiciar algún tiro más cómodo, pero Corrales estaba en los cielos. El beneficio es que pueden llegar robos y goles fáciles, como los que consiguió Aleix Gómez, el jugón, el chico que se divierte con los tiros endiablados, con los efectos. A la contra voló Aleix y también el otro extremo derecho, Ferrán Solé, el infalible, incluido en el siete ideal del Mundial. Hasta en una inferioridad, con un jugador menos, encontraba el gol España y defendía. Espectacular. Esa es su mejor definición como equipo. Y Corrales otra por aquí y otra por allá, arriba, abajo... Vendía caro cada gol encajado. Fue nombrado el hombre del partido. El último apretón de Álex Dujshebaev dio la ventaja definitiva: 26-20. Los diez minutos finales fueron ya de un sufrimiento gozoso, porque ya no se podía escapar. Medalla de bronce en el Mundial. Otro metal. Muchos no tendrán ya ni sitio en sus casas para guardar tantos.

35 - España: Corrales; Solé (4), Alex Dujshebaev (8), Raúl Entrerríos (4), Dani Dujshebaev (6), Ariño (2) y Marchán (-) -equipo inicial- Pérez de Vargas (ps), Aleix Gómez (4, 1p), Maqueda (-), Sarmiento (1), Cañellas (1), Ángel Fernández (1), Figueras (4), Gedeón Guardiola (-) y Morros (-)

29 - Francia: Gerard; Abalo (1), Remili (2), Fabregas (4), Dipanda (-), Acquevillo (2) y Guigou (2) -equipo inicial- Genty (ps), Lagarde (-), Richardson (-), Mem (3), Tournat (4), Mahe (2, 1p), Descat (7, 1p), Claire (-) y Porte (2).

Árbitros: Gubica y Milosevic (Croacia). Excluyeron por dos minutos a Aleix Gómez por España; y a Dipanda por Francia.

Incidencias: Encuentro por la medalla de bronce del Mundial de Egipto 2021 disputado en el Cairo Stadium Hall. Sin público.