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Lección del “maestro” Nadal al joven Carlos Alcaraz en el Mutua Madrid Open

El balear vence por 6-1 y 6-2 en el duelo generacional. Rafa fue sólido, jugó profundo y anuló las cualidades de su prometedor rival, que se lleva esa experiencia como aprendizaje

Nadal y Alcaraz se saludan en la red antes de su partido de segunda ronda del Mutua Madrid Open
Nadal y Alcaraz se saludan en la red antes de su partido de segunda ronda del Mutua Madrid OpenChema MoyaEFE

Un partido muy simbólico en el Mutua Madrid Open. El nombre de la pista: Manolo Santana, el gran tenista clásico de España, el pionero. En los banquillos, Carlos Moyá y Juan Carlos Ferrero, los dos números uno que tuvo el tenis nacional. Y jugando, Rafa Nadal, el mejor, la leyenda; y Carlos Alcaraz, la joya con más futuro de la “cantera” española en una jornada de ensueño para él el día que cumplía 18 años, que se convirtió en una lección de madurez, de que tiene que seguir progresando. Nadal fue demasiado para él 6-1 y 6-2. El balear continúa en el Masters 1.000 de la capital y el murciano se lleva la experiencia.

Y eso que empezó Alcaraz con ganas de dar guerra: en el primer juego de saque de Rafa tuvo una pelota de break resuelta con un punto muy duro en el que el manacorense supo resistir. Pero a partir de ahí el duelo se convirtió en un monólogo del mito con susto para su oponente, ya que mediado el tercer juego Carlos se estiró para intentar devolver un remate en el mejor punto del partido y se hizo daño en la zona del abdomen. Nadal le permitió que llamara al médico en ese momento, todo quedó en nada grave y el duelo continuó. No fueron las molestias las que impidieron al joven ser el que es. Fue Rafa y las horas en pista en partidos así que ha tenido uno y otro en sus carreras. El zurdo tenía claro el plan: buscarle constantemente el revés y no dejarle que jugara cómodo con el golpe de derecha, con el que domina. Y a Alcaraz se le hizo de noche, pese a que apenas eran las cuatro de la tarde. Fue acumulando un error tras otro, intentando apurar de más cada vez que se colocaba de “drive”. Los tiraba fuera sin remedio. Tampoco sacó bien y sin primer servicio es más difícil ser agresivo. Nadal le agobió, le atosigó, le jugó profundo, le forzó y cuando pudo le golpeó con varios tiros paralelos ganadores.

A Alcaraz se le fundieron los plomos y en este tipo de situaciones es difícil salir del agujero. La ventaja fue creciendo en favor del ganador de 20 Grand Slams, solidísimo toda la tarde, sin apenas fallos. Ganó cinco juegos seguidos, se llevó el primer set por 6-1 y se puso 3-0 en el segundo, con dos roturas. Quizá porque aquí Nadal se tomó un respiro, quizá porque Alcaraz ya, llegados a ese punto, se relajó, por primera vez se vio fluida la derecha que ha hecho que tenistas como Goffin, un finalista de la Copa Masters y habitual “top 10”; o Cilic, campeón del US Open y finalista en Wimbledon y el Open de Australia, hablaran maravillas de él. Consiguió el murciano situarse cómodo y pegar plantado con ese tiro y movió a Rafa de un lado a otro por primera vez. Le recuperó uno de los “breaks”, se dio un lujo, sonrió y sacó el puño, aunque la respuesta fue una contra rotura en blanco, por si acaso. Nadal no tuvo piedad, como no podía ser de otra manera. Alcaraz sumó una derrota de esas que ayudan a aprender y a prosperar.