Atletismo
“Los puedo ganar”: el grito de Mechaal tras ceder ante los etíopes en el meeting de Madrid
Girma y Barega pueden con Mechaal y Katir en el 3.000 de la capital de España, pero Adel no se ve tan lejos de cara al Mundial que hay en dos semanas
«Los puedo ganar», dice Adel Mechaal después de los 3.000 metros del meeting de Madrid, ya con las pulsaciones tranquilas. Sonríe. «Ellos» son los etíopes. Acaba de ceder en la capital de España, pero sintiendo que no ha estado tan lejos y pensando que el fin de semana pasado corrió cuatro carreras (dos de 3.000 y dos de 1.500) para el doblete en el campeonato de España y que todavía notaba esa carga. Los cita para dentro de unos días, del 18 al 20 de marzo en Belgrado, para el Mundial, donde ya estará fino del todo. No ha podido cumplir el objetivo que se marcaba en Madrid que era eliminar a uno de los etíopes, Lamecha Girma: si quedaba por delante le dejaba sin plaza para el Mundial, pero quedó justo por detrás, a poco más de un segundo. Y delante de todos, su compatriota Barega, que es campeón olímpico de 10.000 y que corre como si no costara.
La prueba arrancó lanzada, todos los atletas estirados desde el primer momento. En la salida, antes de empezar, Barega se situó entre Mechaal y Katir, el otro español que retaba al poder africano. En cuanto las dos liebres hicieron su trabajo, con todo el grupo formando una fila perfecta que ya se iba rompiendo, Barega se puso al mando. Todo era muy limpio: ni un codo ni un empujón ni nada. Katir estaba detrás del favorito y trató de superarlo a falta de dos vueltas, se abrió, apretó los dientes, la melena al viento, pero las piernas ya le ardían. No pudo, y por detrás le pasaron Girma y Mechaal en el último momento. Habrá, por tanto, cuatro etíopes en el Mundial. «Pero no voy a salir derrotado», reta Adeel. Se va contento. Toda la prueba la ha pasado en la cabeza. «Pero los últimos 400 se me hicieron largos», reconoció.
Katir mira un poco más adelante que Mechaal. «En el verano la voy a liar», asegura. Con esta carrera pone fin a su participación en la pista cubierta (no irá al Mundial), interrumpida en enero por el covid, que le provocó que el pulmón le quemara cuando estaba concentrado en Sierra Nevada. Se marchó a Mula, a su casa, a que su madre lo cuidara, mejor que estar encerrado en el CAR. Volvió a la preparación a los once días y pensó que en Madrid también la iba a liar. Pues no. «Lo he dado todo», dijo. Pero lo que tiene ahora no le valió. En verano... «Yo intento ver qué hacen los mejores, yo qué sé, Cheptegei, Cheruiyot, y ellos se centran en el verano y eso quiero yo: ahí es donde se demuestra quién eres», explica. Tiene confianza y pide el apoyo de la afición para sentirse como lo hace en Madrid: corearon su nombre y dio una especie de vuelta al acabar, aplaudiendo. «Para mí Madrid es como Mula», afirma. Da espectáculo, pero esta vez no fue suficiente. En julio espera el Mundial en Eugene. «Hacía tiempo que no había españoles peleando con etíopes», opina Katir. Mechaal será el primero en desafiarlos.
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