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Anna Cruz: «En Minnesota todo ha sido muy de película»

Anna Cruz: «En Minnesota todo ha sido muy de película»
Anna Cruz: «En Minnesota todo ha sido muy de película»larazon

Amaya Valdemoro, Pau y ella. La escolta ganó el anillo y descansa en Barcelona antes de emigrar otra vez a Rusia

«Si no hay que descansar, pues no se descansa», asegura Anna Cruz (27-10-1986, Barcelona) aprovechando la semana de tregua que le da el baloncesto. Del Nadezhda Oremburgo ruso al bronce con España y del Eurobasket, a las Minnesota Lynx para ganar el anillo de la WNBA. Licenciada en Comunicación Audiovisual y con un máster en periodismo deportivo está encantada de llevar dos años sin parar.

–Como periodista, ¿cómo arrancaría una entrevista con una campeona de la WNBA?

–Buena pregunta... Algo así como ¿qué significó ganar el anillo?

–¿Notó el cambio de las Liberty de Nueva York a Minnesota?

–En Nueva York vivía apartada de Manhattan, pero tenía claro que era un lugar caótico y espectacular. Quizá no es una ciudad para vivir, pero me encantó. Minnesota es otra cosa. Es mucho más calmado, tranquilo, con mucho verde, lagos... Me gustó porque me encanta la naturaleza.

–Y ahora, de vuelta a Oremburgo...

–Oremburgo es gris. No hay mucho que hacer, porque el tiempo no acompaña. Básicamente vas a lo que vas, a entrenar, a jugar a baloncesto y no hay mucho más. Tengo un chófer a mi disposición, le llamo y me lleva a todos los lados: a hacer la compra, al entrenamiento, donde quiera... Conducir allí es complicado con la nieve, con el hielo y van todos un poco a lo loco. El mejor día en Rusia es cuando no tienes que viajar porque los viajes para cruzarte todo el país son eternos, pero ir allí ha sido un paso adelante tanto a nivel personal como deportivo. Era el momento de complicarme un poco la vida: no conozco a nadie; el idioma, imposible; una cultura muy diferente... Era ponerme a prueba y ver si salía adelante. Irme a Rusia ha sido un antes y un después. Ahora entiendo cómo se sentían las extranjeras del equipo cuando estaba en sitios como Rivas o Burgos. Cuando estás en casa, tan a gusto, con los tuyos... no piensas en el otro. No era muy consciente de ello y ahora, viviendo todo lo que he vivido, cambiaría muchas cosas del pasado. Les prestaría más atención.

–¿Cómo la recibieron las Lynx, porque llegó con la temporada empezada?

–Muy bien, siempre me intentaron ayudar y es un buen grupo humano y deportivo. No es lo de la Selección porque aquello son como unas colonias, pero hemos hecho cosas en equipo, me he sentido muy arropada y a pesar de haber compartido vestuario con gente con mucho nombre luego te das cuenta de que son encantadoras y muy normales.

–¿Cómo se celebra un anillo?

–Parecía una china todo el rato con el móvil grabando. Es espectacular, increíble... Desde un concierto privado de Prince, la rúa por la ciudad con todos los fans, la fiesta de despedida con el pabellón lleno... Los americanos son muy exagerados Es tal y como sale en la tele, todo muy de película. En la ciudad han estado muy volcados con el equipo. La gente me reconocía por la calle y lo del último partido fue... una pasada con 20.000 personas apoyándote. No he vivido nada así.

–¿Y se ha planteado ya el verano que viene con Preolímpico, unos Juegos, más WNBA...?

–Me queda muy lejos. Después del quinto partido con todo el ajetreo, fue caótico, con los actos y las celebraciones... Me fui en cuanto pude para estar cuanto antes aquí, en casa, y no hemos tenido tiempo de hablar del año que viene. No sé casi ni lo que voy a hacer mañana... Me gustaría repetir porque la experiencia ha sido genial, ha ido muy bien y luego está el compromiso con la Selección que si Dios quiere podríamos estar en los Juegos... y luego llegará algún momento en que necesitaré algún descanso.