Atletismo

Antonio Serrano, 30 años después de ser el primer español que baja de 2h10 en maratón: “Corrí sólo con agua”

Es uno de los mejores entrenadores de atletismo de España. Rememora la hazaña que logró el 25 de septiembre de 1994 en Berlín y habla de los métodos de entrenamiento de antes y de ahora

Antonio Serrano, el primer español que bajó de 2 horas y 10 minutos en maratón
Antonio Serrano, el primer español que bajó de 2 horas y 10 minutos en maratónAntonio Serrano

Antonio Serrano (La Solana, Ciudad Real, 1965) ya ha pasado la resaca emocional de los Juegos Olímpicos de París, donde ha vivido momentos emocionantes y ha sufrido con Irene Sánchez-Escribano, Carolina Robles, Marta Pérez y Adel Mechaal. Es uno de los entrenadores más reconocidos del atletismo nacional. Cuando él corría, fue el primer español en bajar de 2 horas y 10 minutos en la maratón. Fue el 25 de septiembre de 1994, en Berlín, y acabó tercero aquella carrera. Paró el reloj en 2h09:13. En su casa tiene guardada la equipación, las zapatillas, la hoja con los resultados... Los tiempos y los métodos han cambiado.

¿Ha pasado ya la resaca emocional de los Juegos Olímpicos de París?

Es verdad que es un año diferente. Los atletas han cerrado como un ciclo, pero rápidamente nos metemos en las siguientes competiciones, los siguientes objetivos, porque ahora el atletismo, opino yo, es un deporte superglobal, que está todo el año con competiciones importantes, se le está dando más visibilidad. Como el fútbol, que está todo el año menos un mes que para, en julio. Ahora ya viene el Campeonato de Europa de Cross a principios de diciembre, la pista cubierta, campeonato de Europa de naciones en Madrid, un campeonato de Europa nuevo que hay de ruta, luego el Mundial... Yo como entrenador ya estoy inmerso en la planificación y en ver objetivos, aunque es verdad que después de un gran campeonato, septiembre sí ha sido un mes de estar con los atletas, pero con la cabeza más relajada. También era necesario después de la tensión.

Vivió momentazos en París...

Sí, momentazos, y también la mala fortuna de Adel Mechaal, que hizo un gran trabajo en verano, entrenando muy fuerte, pero por desgracia pilló alguna enfermedad o algún virus allí y no pudo rendir. Pero la semifinal de Irene [Sánchez-Escribano en 3.000 obstáculos], fue magnífica y la final, o las dos carreras de Marta, y que se dé todo tan idílico en unos Juegos Olímpicos. Veníamos de Tokio, donde también tuve buenos momentos, pero sin ese público fue diferente.

El ambiente en el Stade de France fue impresionante.

Todos los días, mañana y tarde, 70.000 personas durante once sesiones. Por eso te digo, el atletismo para mí está de moda. Han sido unos grandes Juegos de atletismo, también del resto de deportes.

Por cierto, cómo sufre en la grada...

Es bonito, es mi manera de ser, hay gente que me lo capta y creo que también es interesante ver que nuestro sector de los entrenadores tenemos ese seguimiento. Todos los entrenadores tienen sus momentos así, y es importante captarlos.

¿Tiene ya el grupo montado para la temporada?

Sí. Ha habido dos o tres bajas, alguno que se ha ido a estudiar fuera y alguno que lo ha dejado, y dos o tres altas de algunos jóvenes, y ya tengo visto con cada uno su objetivo. Tengo todavía cuatro, cinco o seis que van a estar el año que viene en los grandes campeonatos, pero no dejo de trabajar y pensar con tres o cuatro atletas un poquito más jóvenes. Porque parece fácil, yo llevo muchos años en esto y parece fácil llevar cuatro, cinco o seis atletas a un gran campeonato; en mi caso se está dando últimamente con bastante asiduidad, pero tener un atleta de alto nivel es complicado. Imagínate, van 50 o 60 atletas a un gran campeonato, de toda España y de todas las especialidades, entonces no es fácil. El trabajo para que la gente llegue arriba... Tienes que tener a alguien jovencito con talento, y luego el trabajo, la dedicación, y un poco de fortuna para que haya continuidad y no haya lesiones, que ese atleta con 18 o 19 años, como vinieron Marta Pérez e Irene, consigan lo que están consiguiendo. No te puedes quedar solamente en el momento último de los resultados. Con Irene y Marta llevo doce o trece años trabajando. Por eso en mi grupo tengo atletas experimentados con su caché y otros que tengo que pulirlos para que lleguen. Y luego, en atletismo cada vez las marcas son más exigentes, entonces a un chaval joven, o una chica que tengo de 20 años, decirle que tiene que hacer 4 minutos para estar en el alto nivel, eso acojona un poco y te da de pensar y de trabajar mucho.

Las marcas en el 1.500 femenino son una locura...

La primera clasificación de Marta Pérez, para el Mundial de Londres, fue con 4:07.35, pedían 4:07.50. Ahora con 4:07 no vas a ningún campeonato fuerte. Eso hace que ahora estos atletas jóvenes, si quieren llegar arriba, sin decírselo a ellos ni meterles presión, tengo que intentar que en unos años estén en esas marcas, y eso es una presión tanto para el atleta como para el entrenador.

Vamos a su maratón. Berlín, 1994, 25 de septiembre: 2 horas, 9 minutos, 13 segundos, récord nacional y primer español en bajar de 2h10.

Irene Sánchez-Escribano va a debutar ahora en la media maratón de Valencia, y me decía alguno que van a correr otros españoles e Irene está bien, pero no tiene experiencia; ¿sabes lo que les dije? Que yo mi primera media maratón fue el campeonato del mundo en el 95 que había en Francia, y quedé el cuarto del mundo, eso muchos no lo saben, así que lo de la experiencia... Ella no la tiene en media, pero sí en10 kilómetros ruta, en 10.000 de pista... Para mí la media maratón se parece al 10 kilómetros, son carreras más rápidas que la maratón. Digo esto porque a mí en la maratón me pasó lo mismo. Gané el 10.000 del mitin en Helsinki, era de los favoritos a la medalla también en Helsinki [en el Europeo], donde fallé; y sin embargo seguí entrenando, conseguí competir bien un 10.000 en Bruselas... Luego, el entrenamiento para la maratón, como era la primera que hacía y a mí me gustaba mucho la pista, hice dos 3.000, competí en la inauguración del 3.000 aquí en Madrid en La Peineta, bajando de ocho minutos, competí en otro 3.000 en Andújar, bajé de 8 minutos... En fin, hice un entrenamiento atípico a los que hice después, porque lo mezclé mucho con la pista, pero ¿qué pasaba? De correr a dos cuarenta y pico en la pista a correr a tres minutos, tres cinco, en la maratón, pues el único miedo que tenía es que mi musculatura aguantara. De hecho, en el kilómetros 38 o por ahí empecé a notar un poquito un gemelo, y si no me hubiera pasado eso, habría hecho 2h08. La verdad es que hasta el kilómetro 25 o 30 fui muy cómodo, y luego empecé a sufrir un poquito, sobre todo por eso, por la musculatura, y porque las zapatillas de antes no eran como ahora.

¿Recuerda alguna anécdota?

Con Antonio Pinto [portugués, hizo 2h08:31), que ganó, cuando subimos al hotel a la habitación a hacer el antidoping, estábamos allí en un pasillo e íbamos los dos cojeando y destrozados. Sin embargo, ahora, con la nueva tecnología se aguanta mucho mejor muscularmente. Otra anécdota, yo fui con Natalia, con mi pareja de entonces, y a mí me pagaban el viaje y el hotel, y luego tenía unos premios por las marcas y por la llegada, pero como fui con Natalia no fuimos al hotel de la organización, fuimos a otros que había allí populares, nos levantamos a las seis de la mañana, desayunamos, y luego, claro, yo no había hablado con la organización nada y no tenía avituallamientos personales, tuve que beber el agua que ponían allí. De hecho, para meterme con mi dorsal lo hice como pude. Luego en las demás maratones sí tuve los avituallamientos personales, pero allí fue bebiendo agua y poquito más... Hizo buen día, íbamos en grupo y mentalmente disfruté mucho de esa maratón.

"Fui con Antonio Pinto, que había ganado, al antidoping, y los dos estábamos cojeando y destrozados"

El récord del mundo en ese momento era 2h06:50, de Belayneh Dinsamo, de Etiopía.

En mi carrera en Berlín, la marca que hizo el segundo, un keniata, Sam Nyangincha (2h08:50) también era de las mejores marcas de Kenia. Otra anécdota, viendo el otro día, que tengo la hoja de clasificación, con el dorsal “1” había un atleta que se llama Xolile Yawa y era un surafricano. Me metí y vi que llevaba el dorsal “1” porque en el año 93 había ganado la maratón de Berlín con 2h10:50 y pico; es decir, en esa época correr 2h08 ya era la repera, y luego se ganaban muchas maratones con 2h09, 2h10, incluso 2h11. En Fukuoka, de las mejores maratones, se ganaba con esas marcas. La marca que hice en Berlín era de las mejores del año, por eso fuimos a más maratones como Londres, Fukuoka... De 2h06 largos del récord a 2h09 cortos míos había poco más dos minutos, es como ahora que el récord del mundo es 2h00 y se gana con 2h02, 2h03. En esa época la marca era como hacer ahora 2h02 o 2h03 y te invitaban a las mejores maratones. Estabas a poco del récord del mundo.

¿Ha cambiado mucho el entrenamiento?

Sí ha cambiado. Es verdad que después de ese maratón de Berlín que era el debut, en el que entrené con muchas pruebas en pista, los siguientes los entrené con más volumen y como se hacía en la época. Martín Velasco, mi entrenador, tuvo conmigo el tercer récord de España. Antes lo había hecho con Juan Francisco Romera y Ricardo Ortega, los dos de Toledo, entonces tenía una experiencia. Nunca hice una barbaridad de kilómetros, porque alguna vez que probé a hacer 200 me lesionaba y prefería quedarme un poco más corto. El entrenamiento es distinto ahora, pero como el del 1.500 y el de todos, aunque siempre queda un poso y una filosofía que esa no la olvido, al menos yo.

¿Qué cambia?

Ha cambiado que ahora hay más control del entrenamiento. Antes el entrenador te enviaba el entrenamiento y el control era más, digamos, arcaico. El entrenador lo que hacía es que por la mañana decía que te tomaras el pulso. Otra manera de controlar cómo estaba de cansancio: tenía que hacer como diez flexiones rápidas, y me tomaba el pulso. Ahora tenemos maneras de verlo con los relojes. Y los lactatos que se hacen... Nosotros teníamos controles de lactato, pero puntualmente. Ahora se hace diariamente incluso. Luego el tema de las zapatillas. Ahora los atletas y los entrenadores tenemos más información en tema de fisiología, de recuperadores. Yo mi primera maratón la corrí con agua, como decía. Ahora no hay tanto muro en las maratones, ahora ves que la gente llega al kilómetros 30 y es cuando cambian de ritmo, porque casi se nutren en la maratón, se toman dos, tres o cuatro geles, se toman sus bebidas con hidratación, meten hidratos. Sin embargo, nosotros era comer toda la pasta que podíamos los días de antes para ver si podíamos llenar bien los depósitos. Ha cambiado en los volúmenes, en la recuperación de los atletas... Ahora con el tema de las redes hay mucha información que podemos utilizar. Antes no sabíamos las estrategias o cómo eran los circuitos. Yo llegaba a Berlín y no era como ahora, que la gente se estudia las cuestas, las curvas... Todo. Ibas a la maratón de Fukuoka y no sabías cómo era el circuito. Ahora llega un campeonato como el de París este año o como el que hubo en Zúrich, que fui con Javi Guerra, con una cuesta, y hacíamos entrenamientos en cuesta para ese campeonato. Antes todo eso era más natural, no teníamos tanta información. Y los entrenadores, el mío no era entrenador profesional, él era profesor en Toledo en la escuela de magisterio, y por la tarde estaba un rato con nosotros. También hay más entrenamiento en altitud, que yo también hice en aquella época, pero ahora se conoce más cómo hay que hacerlo, entonces se hacía más al error, a ver cómo salía.

"Hace 10 o 15 años no creía que se pudiera bajar de dos horas, ahora creo que sí y no quiero morirme sin verlo"

¿El pulso se tomaba a la antigua usanza?

Yo por ejemplo me acuerdo en Fukuoka cuando corrí la maratón, me levantaba todas las mañanas a las 9:30, me tomaba el pulso y tenía 32, y ya sabía que estaba en forma. Había estado un mes entrenando en altura en Venezuela. No estábamos tan seguros, ahora el entrenador y el atleta están más seguros de que si el entrenamiento ha sido bueno, vas a competir bien. Yo por ejemplo en Berlín lo máximo que hice fueron 28 kilómetros seguidos, ahora se hacen muchas más tiradas largas, incluso los africanos y algún español te cuentan que hacen 45 kilómetros, entonces la musculatura, la fisiología de tu cuerpo, ya sabe lo que es correr 40 kilómetros. Antiguamente no hacíamos eso. Ahora tenemos más datos.

Y el trabajo mental...

Son dos temas. Uno, que los atletas trabajan con psicólogos que les viene muy bien, pero no hay que perder de vista que el entrenador es el que está ahí casi todos los días con los atletas, y tenemos esa labor importante. Me preguntaron cómo Irene después de la tensión de clasificarse para los Juegos en el último momento había conseguido ese resultado [rebajó en 10 segundos su marca personal, se quedó a uno del récord de España]. Pues es que yo la había preparado para los Juegos, yo tenía la idea de que iba a hacer la mínima de exigencia que pedía la Federación, tardó hasta la última carrera, pero yo iba colocando a la atleta al 80 u 85 por ciento para que el mes que faltaba llegara a su máximo a los Juegos. Después estuvo una semana en Madrid para estar con la familia y recuperar el estado emocional del campeonato de España donde hubo tanta presión, y luego cuatro semanas en Soria entrenando muy a gusto. Ella fue feliz ahí, igual que Marta Pérez, y ese entrenamiento de calidad, también pasándolo bien, fue lo que hizo que llegara en un gran momento y disfrutara de los Juegos. El aspecto mental es importante. Aparte del entrenamiento, tienes que convencerles de que pueden estar ahí. Lo que le decía a Marta: tienes que bajar de cuatro minutos para estar ahí; o a Irene, 9:30 lo has hecho muchas veces, pero como no estemos 9:10 o 9:15 no vas a estar en la élite. A Carolina lo mismo. Ya cuando son atletas maduras tienes que convencerlas de que pueden dar ese salto de calidad, son profesionales, y cuando se lo acaban de creer, muchas veces junto con un buen entrenamiento, dan ese salto que les ha faltado otros años.

¿Cree que se bajará de dos horas en maratón?

Hace 10 o 15 años decía que no, cuando todavía no estaban las zapatillas ni los métodos tan avanzados. Ahora se está viendo que en maratones como Berlín se está en 2h02, 2h03, 2h04... El pobre que falleció, Kiptum, que hizo 2h00:35... Opino que igual que tenemos a Jakob [Ingebrigtsen] que está haciendo marcas increíbles, el 7:17 espectacular (en 3.000 metros), un día que pille el 1.500... Si sale un monstruo de estos que sea muy, muy bueno creo que sí puede ser. Igual que dije antes que no, ahora no me gustaría morirme sin verlo. Pero tienen que darse unas condiciones tremendas, un atleta con mucho talento, que tenga el día, le salga bien la media, y que él siga corriendo sólo contra la adversidad. Pero es que ahora veo a tantos atletas corriendo a 2:40 o 2:45 [el kilómetro] con una facilidad tremenda, y lo que digo que hay menos muros: salen a un ritmo en el 30 o 32 y luego cuando tienen que ganar, hacen finales en 14 minutos el 5.000, que son marcas tremendas y eso sí da para bajar de dos horas.