Restringido

Argentina, en busca de una religión

Sampaoli intenta luchar contra el individualismo natural del jugador de la albiceleste y construir un equipo que funcione colectivamente en torno a Messi

Messi, en un entrenamiento en Valdebebas rodeado de compañeros de la albiceleste
Messi, en un entrenamiento en Valdebebas rodeado de compañeros de la albicelestelarazon

Sampaoli intenta luchar contra el individualismo natural del jugador de la albiceleste y construir un equipo que funcione colectivamente en torno a Messi.

Argentina busca una identidad, pero tiene una certeza, Leo Messi. Y a partir de él Jorge Sampaoli intenta construir un equipo campeón. «Para mí el fútbol es de los futbolistas. Un jugador que tiene la capacidad de ser el mejor jugador del mundo tiene la posibilidad de entender cuáles son los vínculos importantes para el juego colectivo. Se adueña de un lugar que dentro del campo es lo más importante, tenemos que evaluar esa situación y acompañarla», explica Sampaoli con su peculiar discurso. Entre esos vínculos que necesita crear la albiceleste alrededor de su estrella, los más importantes son los que le unen con Agüero y Di María, que no jugarán hoy. Dybala podría ser otro socio interesante para el «10», pero Sampaoli no lo llamó para jugar contra Italia y contra España. «Paulo no está porque queríamos ver a otros jugadores, pero sigue estando muy presente en mi cabeza. No significa que no vaya a estar», explica Sampaoli.

Leo no disputó por lesión el partido del viernes pasado contra Italia, pero ha entrenado los dos últimos días y esta noche estará sobre el césped del Wanda Metropolitano. «Hoy entrenó normal, con el grupo, así que está ok para jugar», asume el preparador argentino. «Si hubiera algún riesgo, Leo lo hubiera manifestado como hizo el día antes del partido ante Italia y no jugó. Salvo que pase un proceso inflamatorio por el entrenamiento no creo que tenga ningún problema».

Sampaoli ha intentado que Argentina juegue de una manera más colectiva. Messi es el centro de todo, pero dentro de una idea. «Tenemos que instalar una cultura que nos haga ser algo conjuntamente», razona el técnico de la albiceleste. Y tiene que luchar contra la naturaleza de los futbolistas argentinos. «El individualismo ha generado un rasgo tan marcado que compartir una idea se hace muy difícil», asume. «Es como en la vida, hay demasiados dioses, pero no hay tantas religiones. Tenemos que encontrar una religión», dice.

El ex entrenador del Sevilla intenta que Messi no tenga que jugar solo, como le sucedía hasta hace no mucho. Y para eso busca ideas más allá del fútbol. Sampaoli se ha reunido con seleccionadores argentinos de otros deportes. El último, Sergio Hernández, el seleccionador de baloncesto, con el que se vio enValdebebas el pasado fin de semana. «En cada deporte colectivo, como el basket, el hockey o el balonmano, se dan un montón de factores de juego de posición que se sacan para el fútbol», explica. Y, por ejemplo, aprende con vídeos de la NBA, estudia los movimientos de Lebron James y cómo todos los demás también se mueven para que él se libere. Lebron es Messi en Argentina, un jugador al que Sampaoli no se siente capaz de enseñar nada. «Es imposible enseñar algo a Messi. Hay que entenderlo y provocar situaciones que hagan que su estado de confort sea óptimo y construir un equipo a partir de ahí. De este tipo de jugadores que aparecen cada tanto uno tiene que aprender y ver cómo podemos establecer esa armonía y construir un entorno que sea favorable para Leo. Es muy importante el diálogo con él», reconoce.

Argentina se somete a Messi en el campo y en las declaraciones de su entrenador, pero va dando pistas de un mejor funcionamiento colectivo. «Con la llegada de Sampaoli es un equipo más armado en todos los aspectos, ofensiva y defensivamente. Hace muchas cosas colectivamente y se nota esa evolución de Argentina», admite Lopetegui, el seleccionador español.