Fórmula 1
El terrible accidente de Niki Lauda, que le dejó secuelas de por vida
El austriaco sufrió quemaduras de primer grado en la cabeza y las manos, que no le impidieron volver a ganar dos campeonatos mundiales
Niki Lauda sufrió un terrible accidente el 1 de agosto de 1976 y sufrió quemaduras de primer grado en la cabeza y las manos, además de varias fracturas. Esquivó a la muerte y 40 días después volvía a competir.
El austriaco Niki Lauda, tres veces campeón del mundo de Fórmula 1 y considerado uno de los mejores pilotos de la historia, ha muerto a los 70 años. El mítico piloto supo superarse y escapó a la muerte en varias ocasiones, pero la vez que estuvo más cerca fue en 1976, tras sufrir un tremendo accidente en Alemania. Niki Lauda había ganado el título de campeón del mundo y luchaba por revalidar el título. Habían transcurrido nueve carreras, de las que había ganado cundo, dos veces quedó segundo y otra tercero.
El austriaco lideraba el campeonato con 26 puntos de ventaja sobre el sudafricano Jody Scheckter (Tyrrell) y el británico James Hunt (McLaren) era tercero. El 1 de agosto de 1976 se disputaba la décima prueba en el antiguo circuito de Nurburgring en el Gran Premio de Alemania. El asfalto estaba mojado debido a las lluvias caídas durante toda la mañana. En la segunda vuelta, Lauda salía de un cambio de rasante por delante de Hunt y cuando trató de comenzar a trazar una curva a izquierdas, la segunda del circuito, perdió el control del Ferrari 312T2 y se estrelló contra el muro.
El vehículo quedó envuelto en llamas y fue embestido por detrás por otro monoplaza. Cinco espectadores, un policía y los pilotos Harald Ertl, guy Edwards y Arturo Merzario saltaron a la pista para socorrer a Lauda y sacarlo del vehículo. El piloto austriaco fue trasladado al hospital en estado grave, con quemaduras de primer grado en la cabeza y las manos, varias fracturas de hueso e intoxicado por inhalación de humos.
Su situación era crítica, hasta el punto de que un sacerdote amigo de la familia le llegó a dar la extremaunción. Pero Niki estaba hecho de otra pasta.
Laura tuvo una recuperación asombrosa y 40 días después volvía a subirse a su Ferrari en Monza para disputar el Gran Premio de Italia con la cabeza totalmente vendada para proteger sus quemaduras. Acabó la carrera en cuarta posición y con el vendaje totalmente ensangrentado. A pesar de su gran esfuerzo, no logró revalidar el título, aunque llegó con opciones a la última carrera. En el Gran Premio de Japón, sólo un milagro podía darte el título. Hunt había recortado la enorme distancia durante el tiempo en el que el asutriaco había estado sin correr y le bastaba con ser tercero. Además, las condiciones de la pista eran muy malas, con el asfalto muy mojado. Lauda peleó pero tuvo que abandonar y el campeonato fue para el británico Hunt por un punto de diferencia.
Lauda se tomó la revancha el año siguiente, en el que logró su segundo título con Ferrari. La tercera corona tendría que esperar a 1984, esta vez con la escudería británica McLaren, en la que mantuvo un duelo fraticida con su compañero de equipo Alain Prost , al que venció por tan solo medio punto.
Nacido en Viena en 1949 en el seno de una familia acaudalada, mostró desde joven su pasión por el motor. Su primera carrera fue en abril de 1968. En 1971 debutó en la Formula 1, pero no pudo terminar la carrera por problemas mecánicos. En 1974 ficha por Ferrari, escudería con la que logró su primera victoria, en el Gran Premio de España, disputada en el Jarama el 28 de abril. Su carrera se dilató hasta 1985, año en el que decidió abandonar la competición tras haber sufrido 11 abandonos. En sus 14 años como profesional, logró 25 victorias en 173 grandes premios.
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