Perdió el Sevilla contra el Espanyol, pero ese día el fútbol de élite descubrió a un jugador con un talento especial, de 18 años, que ya había destacado en la cantera y que estaba llamado a escribir grandes jugadas tanto en el Sevilla como en otros equipos de España o de Inglaterra.

El gol es muy suyo, hace una pared, entrando por el centro del área, ganando en velocidad a los contrarios y remata abajo, cayéndose y superando al portero. Era el primer tanto del choque, el gol que ponía a Reyes en los titulares por primera vez en su vida.

Después, hablaba ante las cámaras, con un marcado acento andaluz, aseguraba que le dedicaba el tanto a su familia, pero también se acordaba del padre de su representante que acababa de morir.

En esas palabras, Reyes ya dejaba entrever que quería ser para siempre sevillista, pero que si el conjunto andaluz tenía que venderlo para conseguir dinero, él estaría dispuesto a irse. Como después pasó. A pesar de su juventud, no se le ve tímido ante las cámaras y ya tenía las ideas muy claras de lo que podía llegar después, de cómo podía lanzarse su carrera.