Grand Slam
Así se reinventó Rafa
Antes de arrancar 2017 tuvo más tiempo de preparación que nunca. Hizo cambios en los entrenamientos, dio una vuelta a algunos de sus mejores golpes y se rearmó físicamente.
Antes de arrancar 2017 tuvo más tiempo de preparación que nunca. Hizo cambios en los entrenamientos, dio una vuelta a algunos de sus mejores golpes y se rearmó físicamente.
Reinventarse superada la treintena en cualquier ámbito de la vida es un reto. Rafa Nadal lo ha hecho a lo grande.
Pretemporada inédita
En noviembre y diciembre de 2016 empezó todo. Y en ese periodo fue decisivo el trabajo con Toni Nadal y Francis Roig, el tapado del G-3 de Rafa. Y es que Carlos Moyá llegó ya con la pretemporada avanzada y cuando quedaba menos de un mes para el arranque del nuevo ejercicio. Nadal, en sus 16 años como profesional, nunca ha tenido una preparación tan larga y exhaustiva, tanto tiempo en el que poder trabajar tantos aspectos. «Rafa ha sido capaz de cambiar algunas cosas, ha sido capaz de sumar cosas nuevas», comentó ayer su tío. Cuando llegó «Charly» al equipo apenas quedaban tres semanas para jugar en Brisbane y se encontró con un Rafa con mucho hambre, con ganas de competir y, lo más importante de todo, con salud, rebosante de salud. Incluso algún ex capitán de la Davis que se ha acercado a la Rafa Nadal Academy en pretemporada se quedó sorprendido del nivel de los entrenamientos del diez veces campeón en París.
Nuevos métodos
Los entrenamientos durante los últimos meses no han sido tan largos como en años anteriores. Han sido más breves, pero más intensos. Es una de las novedades que han llegado con Moyá. Rafa estaba acostumbrado a trabajar con sesiones muy largas que se han reducido notablemente. Se ha reducido el tiempo en pista, pero los ejercicios son más específicos y más intensos. Con 17 o 18 años son necesarias muchas horas en la pista, pero a estas alturas de su carrera hay que estar fresco físicamente e ir con más cuidado para evitar, en la medida de lo posible, las lesiones. Es tan importante lo que se hace dentro de la pista como lo que se hace fuera. Los descansos son vitales y Rafa y su grupo han asimilado cuándo menos es más y más entrenamiento puede llegar a ser incluso perjudicial.
Golpes letales
La derecha, que la perdió en los momentos de duda las temporadas anteriores, ha recuperado su nivel y sigue siendo mortal. Quizá la bola ahora no bote tanto como antes, pero corre más, llega con más peso y hace más daño. En tiempos de pegadores, Rafa no se queda atrás. El revés hace más daño todavía que antes, está más afilado que en sus mejores tiempos. Lo mismo sucede con el segundo servicio. Antes era una invitación para que el rival dominara el punto, ahora Nadal también hace daño con el segundo saque. Le ha dado un poco más de velocidad para que no le dominen con el resto. En todo su juego tiene que ver el peso que ha ganado en la cabeza de la raqueta. La propuesta inicial fue de Toni Nadal y pronto se vio que era un acierto. Los golpes de Rafa tienen una potencia de la que antes carecía.
Enorme físicamente
Rafa está más fibroso y más ligero que nunca. Por eso en París se ha hartado a devolver bolas imposibles. Físicamente está como si tuviera diez años menos. Ha ganado músculo y eso le ha servido para proteger más sus maltrechas articulaciones. Ahora la hierba no sólo examinará su tenis, también su físico.
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