Córdoba

Felipe Reyes: «Acabé la temporada saturado»

«Para la generación del 80, éste no tiene por qué ser nuestro último campeonato»

Felipe Reyes
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Después de 15 veranos defendiendo a España, Felipe Reyes (Córdoba, 16-3-1980) renunció al pasado Eurobasket y «ahí me di cuenta de que lo que realmente quería era estar con la Selección, estar con mis compañeros, volver con mis amigos». Para la Copa del Mundo que se celebrará en España del 30 de agosto al 14 de septiembre, será una de las piezas del «mejor juego interior del mundo», como asegura su compañero Ibaka. De la que se celebró hace 28 años en nuestro país asegura no tener «ningún recuerdo».

–¿Vio los partidos de aquel Eurobasket?

–No todos. Algunos los vi con mi mujer y con amigos y otros, con los compañeros del Madrid porque estábamos concentrados en Málaga... Y no lo pasé nada bien. Ahí me di cuenta de que lo que realmente quería era estar con la Selección porque lo eché mucho de menos. Me arrepentí de la decisión que tomé de no ir, pero también hay que pensar en positivo y ese descanso me vino muy bien para la pasada temporada y para lo que se avecina ahora.

–¿Se puede uno saturar de baloncesto?

–Sí (rotundo). Este año pasado, por ejemplo. Con el Madrid ha sido una temporada muy larga, con muchos viajes, muchos partidos, muchos kilómetros... Y al final todo eso lo notó el equipo... Encima, cómo acabó la temporada, con lo que bien que habíamos estado jugando todo el año... Necesitaba que llegase el final, que llegasen las vacaciones. Y no sólo yo, todo el equipo. El desenlace de la temporada fue demasiado duro.

–¿Qué pesa más, el cansancio físico o el mental?

–El agotamiento era tanto a nivel físico como mental, pero el segundo es el que más daño hace. Son muchos años jugando y cuando estás en un club grande como el Madrid, en el que se exige tanto, la presión termina afectando. Aunque sea sólo un poquito afecta. Lo bueno es que terminas acostumbrándote y yo creo que lo llevo bien.

–¿Ha cambiado algo en la Selección?

–No, el ambiente sigue siendo el mismo. La gente no ha cambiado y eso es lo más importante, hay una forma muy parecida de entrenar, las rutinas son iguales... Lo mejor de venir aquí es que la gente no cambia y que somos como una familia.

–Lo que ha cambiado es que ya no se juega a la Pocha, ¿no?

–No, no hay forma. He intentado este año recuperarlo, pero no hay manera. Las nuevas generaciones vienen fuerte con el póquer o con las consolas y ante eso muy poco se puede hacer. A pesar de esto, es complicado aburrirse.

–¿Hay algún compañero que le haya sorprendido por su evolución?

–Llevamos muy pocos entrenamientos como para ver eso, pero creo que todos estamos en general muy bien. La gente ha llegado en un buen nivel de forma.

–¿Se respira un ambiente similar al del Eurobasket de 2007, que también se celebró en España?

–No lo sé. Lo que no podemos pensar es que por jugar aquí vamos a ganar el oro y es lo que muchos creen: estamos en España, vamos a llegar a la final contra Estados Unidos y les vamos a ganar. Y no es así. Que nadie piense que será fácil.

–¿Hubo entonces una presión excesiva, demasiadas cosas al margen del baloncesto?

–Puede ser. Además de jugar en casa llegábamos de ser campeones del mundo y había una expectación enorme. Eso fue una presión excesiva que no sé si nos llegó a afectar, pero sí resultó un poco agobiante. Ibamos a jugar a cualquier sitio y... hasta ese año había habido expectación, pero no ese ambiente. Fue un cambio bastante fuerte y lo notamos muchísimo. De todas formas nos quedó muy poco para ganar el oro.

–Vistas las críticas que ha recibido la Selección de fútbol, ¿no sé si se han planteado la situación de que las cosas no vayan como se espera?

–En el fútbol han tenido muy poco tiempo desde que acabaron la temporada. Poco tiempo para adaptarse, para entrenar, para descansar y nosotros eso sí lo hemos tenido. Ahora llega un mes de preparación, con descansos, con partidos amistosos... Y eso espero que nos ayude para estar perfectamente preparados y rodados. Además, nosotros jugamos en casa y eso siempre ayuda.

–¿Qué le ha pedido el seleccionador?

–Todavía no he hablado a solas con él, pero será lo de siempre: intensidad defensiva y meter energía saliendo del banquillo.

–¿En qué es diferente Orenga a los seleccionadores anteriores?

–Juan tiene su peculiar forma de entrenar. Sus entrenamientos están siendo muy dinámicos y divertidos, de los que nos gustan. De casi todos los entrenadores que han pasado por la Selección no se puede decir que éste o el otro hayan hecho algo raro. Todos fueron más o menos por la misma línea.

–Orenga ha asegurado que para más de uno de la generación del 80 este no será el último campeonato, ¿hay que creerle?

–Puede ser. Si nos respetan las lesiones y seguimos a este nivel no tiene por qué ser el último. Nosotros seguiremos viniendo aquí mientras sigamos estando bien.

–¿Cómo se plantea el futuro a medio-largo plazo con 34 años?

–No lo sé. Hasta que el cuerpo aguante. No sé si serán un año más, dos o cinco. Ahora estoy muy bien físicamente, en un gran momento y sólo pienso en la Copa del Mundo.