Baloncesto

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La fe gana partidos

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El Real Betis, en una situación clasificatoria e institucional muy complicadas, creyó más que el Madrid en la victoria y acabó sorprendiendo al líder de la Liga Endesa.

Dos tiros libres de un jugador que no es precisamente un especialista alegraron la noche al Baloncesto Sevilla, que ahora se llama Betis, que ha cambiado el color de su camiseta y se apoya en el tirón de una de las dos mitades futboleras de la ciudad para intentar sobrevivir. Habían perdido los andaluces los últimos cuatro partidos en casa y llevaban 16 años sin ganar al Madrid, pero todas las rachas se acaban y ésta se acabó a base de fe. Creyó siempre el Betis de la canasta que era posible ganar al líder, uno de los mejores equipos de Europa, pero capaz de palidecer en algunas curvas del calendario. La nueva Euroliga ha sobrecargado el viaje por la temporada de los conjuntos grandes, que en casos como los que juegan en la Liga Endesa, también tienen competiciones nacionales exigentes.

La visita a San Pablo en mitad de las Navidades y de dos viajes, uno a Belgrado y otro a Estambul, fue de todo menos tranquila. Pareció que los de Laso se impondrían en el intercambio de golpes al que se expusieron los locales. Aceptaron la pelea a manos descubiertas en el primer cuarto (23-28, min 10) y a punto estuvieron de caer noqueados en el tercero, cuando a Rudy se le encendieron todas las luces en ataque. Metió diez puntos seguidos el alero y allí, en el alero se le puso el partido al Sevilla (60-69, min 30). El Madrid amenazó con imponer la lógica, pero no fue así. Rudy falló sus siguientes tres tiros y los blancos se fueron enredando en el ambiente de un pabellón abarrotado y de unos jugadores dispuestos a darse una alegría entre tanto sufrimiento. Mahalbasic hacía daño bajo el aro y Lockett, desde fuera. Nachbar dejó detalles del jugador de clase que siempre ha sido y con el paso del tiempo, cualquier bético estaba dispuesto a ponerse el traje de superhéroe. También lo vistió por un momento Felipe Reyes, que nunca supo lo que era la pereza. Luchó dos rebotes ofensivos como un juvenil ya en la recta final, forzó una falta y anotó un palmeo que pudieron ser decisivos, pero la noche estaba para que el Betis soñara y además, su sueño se hiciera realidad. El propio Felipe hizo falta a Triguero para llevarlo a la línea y quedarse con el último balón. Juanjo anotó los dos tiros y el Madrid volvió a atragantarse ante la defensa en zona de su rival en la jugada definitiva.

El Madrid pagó una noche algo gris con una derrota inesperada, mientras el Betis se daba un atracón de confianza básica en su complicada situación.