Ciclismo
Bernal completa el triplete de Colombia
«Siempre he pensado que las cosas pasan por algo». Egan Bernal no cree en el destino pero solo el hecho de estar aquí, en este Tour, ya habla de la volatilidad de la vida. Él ni siquiera iba a correr la ronda gala. Su calendario pasaba por ser el jefe de filas del Ineos en el Giro de Italia, la primera grande que iba a disputar. Pero unos días antes de partir hacia la salida a la «corsa rosa» Bernal se cayó entrenando por Andorra, donde vive, y se rompió la clavícula.
«Lloré de dolor, pero también porque no podía ir al Giro». El año pasado ya se le había escapado otra gran oportunidad, la de liderar al equipo Sky en la Vuelta a España, a la que no pudo ir por una tremenda caída en la Klasika de San Sebastián que le obligó a reconstruir toda su boca.Con la París-Niza y la Vuelta a Suiza en el bolsillo, a Bernal lo alinearon para el Tour, con la firme convicción de ser el gregario clave para Thomas, pero sin despreciar nunca sus posibles opciones a ganarlo. Al final ha sido suyo. Al final, para Colombia. Era la última gran carrera, sin contar las clásicas de primavera, que le faltaba a su país.
El camino lo abrió hace 32 años Lucho Herrera conquistando la Vuelta a España. Hasta 2014 no volvió un corredor cafetero a conquistar una grande, fue Quintana en el Giro de Italia. Dos años después también logró repetir la gesta de Herrera y hacerse con la Vuelta. Quintana tiene también tres podios en el Tour de Francia. El primero, segundo tras Froome en el 2013, le señaló como el primer colombiano que lo ganaría.
Pero Nairo se ha ido desvaneciendo, como si ya no le quedara más ciclismo que dar. Y en esas ha explotado Egan Bernal, el ciclista llamado a marcar una época y que ni siquiera iba a correr este Tour. «Cuando me caí y me operaron, enseguida pregunté cuánto faltaba para el Tour». Él es ahora la cresta de «esta ola de ciclistas que hemos venido desde Colombia», que han vuelto a conquistar la Europa ciclista como los míticos escarabajos del pasado siglo.
«Estamos al otro lado del mundo y eso es una desventaja. Venir aquí es difícil», reconoce Bernal. «Urán, Nairo y Gaviria abrieron el camino», recuerda. Ellos, especialmente el del EF fue el primer estandarte, después llegó Quintana comiéndose el mundo. Los colombianos empezaron a reconquistar la montaña que aquellos escarabajos, hasta Santiago Botero dejaron pendiente. Solo les faltaban los velocistas y entonces aparecieron Fernando Gaviria, baja por una lesión en la rodilla en este Tour y Álvaro Hodeg, el joven sprinter del Deceuninck-Quick Step.
El vivero colombiano no parece tener fin. Bernal avisa de que seguirá dando frutos. «Hay niños con mucho talento que vendrán, estoy seguro. Colombia va a ser aún más fuerte. Yo me siento orgulloso de ser colombiano. No veo la hora de llevar esta camiseta a casa», dice, feliz. El mundo ahora es suyo.
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