Real Madrid

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Casillas cierra su adiós...

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A los 9 años un niño algo gordito entró en el Real Madrid con la ilusión de todos los niños que consiguen un sitio en la cantera. Ayer, un hombre de 31 años llegó al acuerdo definitivo para su salida de la primera plantilla, en la que debutó cuando tenía 18 años. Iker Casillas ha pasado toda su vida en el Real Madrid, será madridista para siempre y seguramente la memoria y la nostalgia mejorarán la imagen que tiene ahora para algunos sectores de la afición. El encuentro contra el Getafe, el que cerró la temporada pasada, fue la última vez que se vistió con el único escudo de club que ha defendido desde que quiso ser guardameta profesional. El viernes tendrá un homenaje y la temporada que viene empezará una nueva etapa en el Oporto.

Ayer por la tarde se celebró la última reunión, la definitiva, que ponía fin a la relación entre el club y el futbolista. Aunque la convivencia ha sido distante a veces, con cierta desconfianza, al final las dos partes cerraron un acuerdo satisfactorio. Iker se va donde quiere y el Real Madrid tiene vía libre para apostar por un guardameta que guste más en las oficinas y a Rafa Benítez. En cuanto ha llegado una oferta aceptable, los movimientos de salida se han acelerado. Hasta entonces, Iker defendía que se veía otro año más como portero del Madrid y en el club insistían en que no había ofertas para traspasarlo. Pero ambos pensaban en que había que negociar el mejor modo de despedirse, mientras jugaban una partida y negociaban con sus cartas. Entonces, el Oporto que entrena Julen Lopetegui, ex portero del Madrid, se interesó por Casillas y él vio la oportunidad perfecta para continuar en un nivel competitivo, con un entrenador que le conocía y no muy lejos de Madrid, donde ha vivido siempre. En el Bernabéu le dijeron siempre que iban a ser generosos en su adiós y así ha sido. A lo que no llega el sueldo del Oporto, lo pone el club español. Iker tenía firmadas dos temporadas con el Real Madrid, en total unos 14,5 millones de euros. El Oporto, que no paga nada por él, no quería ni podía permitirse alcanzar esas cifras.

Una vez que la oferta del Oporto se hizo formal, ni el portero ni el Real Madrid querían que viajase el próximo domingo con el resto de la expedición a Australia, para la pretemporada del equipo. Rafa Benítez quiere tener las cosas claras cuanto antes y con Casillas en la puerta de salida lo mejor era cerrar un acuerdo rápidamente, como se ha hecho.

Ya la temporada pasada se habló de una salida para Iker, pero aguantó. Y sólo al final de esta campaña se vio al guardameta responder por primera vez a los pitos del público. Estaba cansado de lo que estaba viviendo y en el Madrid tampoco consideraban que Iker era el portero de garantías que antes había sido.

Era cuestión de tiempo. El Madrid ya le había asegurado, al terminar la temporada, que se iba a fichar un guardameta que le iba a hacer competencia. El verano pasado llegó Keylor Navas, pero el costarricense no hizo sombra a Iker. De Gea sí se la haría. Casillas se va tras años de éxito y unos últimos complicados. Mourinho le hizo suplente por detrás de Diego López y todo alrededor del guardameta se enrareció tanto que era difícil juzgarlo sólo por los méritos deportivos. Ayer, Casillas puso fin a todo eso.