Víctor Basadre: "La actual Primera RFEF es mucho más potente que las antiguas Segundas B"

Víctor Basadre es uno de los entrenadores españoles que más experiencia acumula en estos últimos años en el extranjero. Amante de un fútbol de toque, analiza en LA RAZÓN algunos aspectos claves sobre el fútbol actual que tanto evolucionó en los últimos tiempos.

¿Cuál es la situación en la que se encuentra?

Actualmente abierto a trabajar, moviéndome dentro del mercado e intentando ser coherente en los mercados donde se puede tener oportunidades, también Primera RFEF y Segunda RFEF, países extranjeros como Lituania, Chipre o Grecia y Letonia. Lo más reciente fue mi etapa en la Badalona estando en las últimas siete jornadas. Fue un buen sabor de boca dada las dificultades, pero faltó la guinda de haber marcado un gol más para mantener la categoría. Se peleó hasta el final ante la AD Ceuta, uno de los equipos que mejor estaban en ese momento. Muy orgulloso de los jugadores que creyeron hasta el último segundo.

¿Cree que existe la paciencia en el fútbol?

La palabra paciencia es relativa. Es una cuestión de cumplimientos de objetivos y analizar si estamos en el camino de obtener esos objetivos. A veces, se habla un poco con la boca pequeña de tener una permanencia cuando son play off. En España tenemos unos ejemplos claros. El que rompe la baraja de la paciencia es ajeno a la parcela deportiva. Un entrenador es una parte de lo bueno y lo malo de los resultados.

¿Cómo recuerda su etapa en el Suduva de Lituania donde consiguió grandes resultados y estableció un modelo de fútbol muy atractivo?

Se hizo un trabajo de captación de jugadores de una manera muy sensata acorde a los recursos que se tenían. Fue una temporada muy buena, también en Conference League. Todos estábamos muy contentos por los resultados y la manera de trabajar en común. Sin embargo, durante la segunda temporada ya no se cuenta con el cuerpo técnico para confeccionar la plantilla. Se da pretemporada a una carencia en números de jugadores. Empezamos el inicio de liga de manera precaria. En la jornada cinco se me cesa después de dos derrotas. No tengo una explicación clara. Lo que es real es que el técnico que sustituye estuvo tres partidos, luego le echaron, y el equipo por primera vez en ocho años no se clasificó para jugar en Europa.

Hay muchos entrenadores que tienen miedo a marcharse fuera de España. ¿Cómo aplica su experiencia en este caso?

Cada vez hay más interés en el mercado extranjero. La liga de Lituania es una liga europea de primera división y las plazas europeas a las que tienes acceso te dan la opción de enfrentarte a grandes equipos y aspirar a meterte en fase de grupos. Eso siempre es un aliciente. Lógicamente, cada uno tiene que ver su experiencia como entrenador pero creo que hay ver experiencias nuevas. A veces desprestigiamos mucho esas ligas como si fueran menores y no es así. Ser campeón de cualquier categoría es muy difícil porque compites contra mucha gente. Parece que si uno es buen entrenador en Segunda RFEF no vale para Primera RFEF. Y mi pregunta es por qué. No sé si es que cambian las normas… porque cuando uno demuestra que cumple los objetivos lo puede aplicar en cualquier categoría.

¿Cree que con los futbolistas sucede algo similar?

Sí. Por ejemplo, Ivi fue rival mío y estuve hablando con él cuando ya estaba empezando a hacer una buena campaña. Es un claro ejemplo de que hay muchos futbolistas de mucha calidad que se van fuera de España y tienen oportunidades.

¿Cómo influye el dinero en la evolución del fútbol?

El dinero lo define todo. Antes había dinero, pero no tanto. Hoy 100 millones de pesetas lo gana casi cualquiera. Esa es la diferencia. A nivel de élite aumentó tanto que al final esto se va trasladando abajo.

¿Cómo valora la situación del Real Murcia?

La llegada de Felipe dio tranquilidad económica. Sería muy bueno para la ciudad el ascenso porque se lo merecen y ahora es el momento idóneo para dar ese paso. Me considero murciano y ojalá lo consigan.

¿Cree que la Primera RFEF es más fuerte que las antiguas Segundas B?

Sin duda. La categoría es mucho más potente que ninguna Segunda B que hayamos conocido antes. Los nombres de muchos equipos deslumbran, pero esto no va de nombres. Esto va de que compiten once contra once y que esos futbolistas quieren demostrar en el campo que son de Primera RFEF.