¿Esto es todo, Mclaren?

Llegó el esperado Gran Premio de España, el de las evoluciones, el que puede marcar el resto de la temporada. Y, qué quieren que les diga, la vida sigue prácticamente igual para Fernando Alonso. ¿Ha mejorado su McLaren? Sí. ¿Cuánto? Poco. La evolución que la escudería británica ha presentado en Montmeló le ha permitido pasar a la Q3, conseguir una buena octava posición en la clasificación y poquito más. El monoplaza sigue estando en la zona media, más cerca de equipos como Renault, sí, pero demasiado lejos del trío que domina el Mundial. Sigue faltando velocidad punta, prestaciones. El coche es apañado, pero ni en sueños es capaz de pelear con los grandes. Y Fernando no se puede contentar con estas migajas, aunque extrañamente sea eso lo que quiere transmitir con sus declaraciones («sabor de boca estupendo, cuatro puntos más al bolsillo, cuartos en constructores...»). Me cuesta creer este optimismo de Alonso, la verdad. A estas alturas, Fernando está en la F-1 para ganar, o al menos optar a la victoria. De nada le sirve puntuar en todas las carreras, mejorar casi siempre su puesto de salida y hacer todo lo posible con la herramienta que le dan. Mucho tendrá que cambiar este McLaren para que Alonso siga una quinta temporada con ellos...

Carlos Sainz observa todo desde la distancia. Sin hacer ruido, pero dando pasos firmes. Ayer, de nuevo en los puntos, por delante de su ídolo y amigo Alonso. Con él compartió celebración tras la carrera, bandera de España incluida, y satisfacción real por lo logrado. El coche no anda todo lo fino que él desea, pero éste es su camino: acabar carreras, conseguir puntos, pelear con los de su talla y esperar un proyecto superior el año que viene. Sainz sí tiene todo el futuro por delante.