Mi Sevilla Fútbol Club no se negocia

Sábado 21 a las 21:30 en el Wanda Metropolitano. Ése es el día y la hora por el que pasan todos los sueños para los sevillistas. Una nueva final, esta vez de Copa del Rey, ante el todopoderoso equipo de «Su Santidad» Leo Messi. Pero eso a los sevillistas nos importa bien poco. A ilusión no nos gana nadie, y si no que nos pregunten a cualquiera de los 50.000 enfermos del equipo Pentacampeón de Europa que nos desplazaremos a la capital de España el próximo sábado.

Semana negra. Es evidente que tanto FC Barcelona como Sevilla FC no llegamos a esta final en el mejor momento de la temporada, después de la trágica semana que recientemente, y por fin, ha finalizado, donde ambos equipos han sido eliminados de la máxima competición europea. Sinceramente pienso que levantar la Copa en esta nueva final saciaría completamente una temporada muy irregular para los míos, mientras que para el equipo del «Shiquetito» sólo sería un título más. Y por mucho que tengan la Liga en el bolsillo, sólo el Bayern de Ribery y de Lewandowski mío haría olvidar la tragedia del Olímpico de Roma.

Un debate perdido. Me gustaría que durante toda la semana sólo se hablase exclusivamente de fútbol y se olvidara ese cansino debate de todos los años de pitar el himno o no pitarlo. Pero este deseo se me antoja más que complicado, por no decir que imposible. De lo que no tengo dudas es de que una vez comience el encuentro, todo será diferente. Espero que los míos compitan y estén a la altura de la camiseta y el escudo que representan. Y que, ojalá, salga la cara buena y agradable de Montella. Pero ya sabéis lo que pienso cada vez que el «Shiquetito» salta a un terreno de juego. ¡Será lo que «D10S» quiera!