Tour de Francia
Thomas encabeza la rebelión alpina del Sky y Movistar lo intenta sin premio
Geraint Thomas se impone en La Rosière y ya es el nuevo líder del Tour tras irse a por la etapa sin esperar a Froome. El equipo español se desinfla, con un Valverde imperial y un dolorido Landa
Geraint Thomas se impone en La Rosière y ya es el nuevo líder del Tour tras irse a por la etapa sin esperar a Froome. El equipo español se desinfla, con un Valverde imperial y un dolorido Landa
El gesto de Mikel Landa, compungido y doloroso al llegar a La Rosière no indicaba nada bueno. La mirada escondida bajo las lentes oscuras, como el ánimo después de esta primera etapa con final en alto, la cabeza gacha y la mueca triste. El dolor va por dentro. Y el peor no es el del tiempo perdido, 1 minuto y 46 segundos con Geraint Thomas, flamante ganador y nuevo líder del Tour (¿y del Sky?). Poco menos, pero poco, se ha dejado el alavés con Chris Froome. Un minuto y 26 segundos y no, no es eso lo que más duele. «La espalda», arranca a contar, «me ha empezado a doler ya en el primer puerto y en la parte final de la etapa ya no he podido seguir el ritmo», se quejaba. «Ufff, se me ha hecho durísimo el día», resume.
Los restos del pavés aún le duelen a Landa. El alavés quería ser optimista y pensaba que no le afectaría, pero sí. Aún quedan piedrecillas. «Me preocupa el dolor, sí», confirma sin remordimiento. Mientras tanto Mikel, la gran esperanza española en este Tour de la era «post Contador», ya está a dos minutos y 56 segundos de Thomas y a 1’31’’ de Chris Froome. Séptimo en la general. Más hay que bajar para buscar a Nairo Quintana, la otra de las bazas del tridente de Movistar. Noveno, a 3’16’’ del amarillo y, perdido ya para cualquier lucha para la general, Valverde.
Los tres, como el resto, sucumbieron ante la gran exhibición del Sky en La Rosière. Ya empieza a ser un clásico los últimos años que en el primer final en alto del Tour el equipo inglés muestre su poderío con un golpe encima de la mesa para recordar quién manda aquí. Atendiendo a ese pasado reciente tan glorioso, los datos hablan por sí solos: quien da ese golpe es quien acaba ganando la carrera. Primero lo hizo Wiggins, después lo ha venido firmando Froome en los últimos cuatro años, pero esta vez el que ha asestado un zarpazo no es el keniano si no Geraint Thomas, hasta ayer al acecho del liderato y, ahora sí, esplendoroso con el amarillo a sus espaldas.
Y no sólo eso. Ayer, Thomas aceleró el paso en los últimos kilómetros para poner en jaque al resto de favoritos. Nadie se movió. Todos se adosaron a la rueda de Chris Froome. El Sky juega a doble baza. Pueden hacerlo. Su gregario estrella está tan fuerte o más que el propio y líder del equipo. Con esa ventaja tiró hacia delante Thomas sin mirar atrás, ni siquiera cuando Froome atacó y soltó a Bardet, Quintana, Nibali, Kruijswijk y Roglic. No esperó el galés a su jefe y rebasó de la manera más cruel posible a Nieve, en los últimos 300 metros para ganar.
A por la etapa habían saltado unos cuantos desde el inicio. Gorka Izagirre, Herrada, Dani Navarro, Mikel Nieve y hasta Marc Soler junto a un puñado de nombres de peso. Cuando la fuga se estabilizó, escalando el Col du Pre, Valverde no se lo pensó dos veces y saltó para exhibir su recién afeitado rostro. Día grande. El murciano obligó a trabajar duro al Sky mientras Landa sufría en silencio su dolor. Valverde hizo camino y se topó con Soler. Después, con Dumoulin, que también atacó al pelotón. Pero ninguno de ellos puso en apuros al Sky. Cinco hombres tiraban de Froome (¿o de Thomas?) a pie del último puerto. Los dos sucumbieron ante los ingleses. Poco después se rindieron Landa y Quintana. «Tienen un equipazo y el último puerto no era el más adecuado para nosotros», decía Landa entre el dolor, buscando un rayo de luz. «Esto ha sido sólo la primera etapa de montaña». Hoy llega el Alpe d’Huez y a él se aferra para comenzar la remontada.
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