Giro de Italia

Juanpe López, tras la senda de Contador

Se viste de rosa en el Giro y lo hace en el Etna, como hizo Alberto en 2011

Juanpe López, en el podio, con el maillot rosa de líder
Juanpe López, en el podio, con el maillot rosa de líderMAURIZIO BRAMBATTIAgencia EFE

«Estoy muy contento de tener la ‘’maglia rosa’', no sé cuánto tiempo la conservaré, pero la disfrutaré», confiesa Juanpe López. El ciclista andaluz (Lebrija, 1997) es el nuevo líder del Giro, aunque a él le hubiera gustado añadirle la victoria de etapa. Se la robó el alemán Kamna, que lo atrapó en los últimos kilómetros. López era ya el único superviviente de la escapada inicial cuando rodaba en solitario camino de la meta. Kamna se llevó la etapa y Juanpe, el liderato, en el que releva a Mathieu van der Poel. El español lo intentó y casi se lleva por delante al alemán en la última curva, pero la decepción original se compensa con el liderato. «Estoy muy contento de vestir este maillot. Necesito disfrutar este momento y este día y todos los que pueda con este maillot», repetía después de cruzar la línea de meta.

La suya era la imagen de la felicidad. «Un sueño hecho realidad. De las carreteras de Lebrija a vestirme con la ‘’maglia rosa’'», escribía, feliz, en su cuenta de Twitter el corredor del Trek. Ningún español había vuelto a vestirse de rosa desde que lo hizo Contador en 2015, cuando ganó su última gran vuelta. De allí, de la escuela de la Fundación de Alberto, salió antes de que lo fichara el Trek, primero como «stagiare» y más tarde como una de sus grandes promesas.

Y como hizo Contador en 2011, lo hizo en el Etna, el volcán que vio una de las mayores exhibiciones de Alberto en su carrera. Aquel día ganó la etapa y se puso de líder, aunque eso ya sólo quede en la memoria de los que lo vivimos, porque ha desaparecido de los libros de estadísticas. Aquel fue el Giro que corrió Contador con la sombra del chuletón en la espalda para demostrar que no necesitaba el dopaje para ser mejor que los demás. Y lo demostró, pero por esas cosas extrañas que tiene el ciclismo, nunca figurará como ganador de aquella carrera, ya que lo sancionaron con efectos retroactivos desde el comienzo de la temporada. Pero aquel Giro fue una fuente de inspiración para los ciclistas que llegaron después. Ciclistas como Juanpe, que lo vieron por televisión, imaginando que algún día estarían ahí. Y ahí está el muchacho, en la cima del Etna y vestido de rosa.

La carrera de Juanpe siempre estuvo pensada para las grandes vueltas. «La temporada pasada me sirvió para comprobar que en las grandes vueltas es donde más fuerte puedo estar, pero sé que hay cosas que mejorar», reconocía después de su primer curso completo como profesional. Allí ya reconocía que su preferencia está en la Vuelta, «la carrera de casa». «Pero el Giro también me tira», admitía. El Giro le ha dado su primer gran momento, aunque él lo viva todavía con un aire de provisionalidad. Pero nunca se sabe y no hay un favorito claro para la carrera rosa. Y alguno de los que aparecían como candidatos ha tenido que decir adiós antes de tiempo. Como le sucedió a Supermán López, que en su primera grande después de la espantada para salir de Movistar, se ha tenido que marchar por una caída.