Ciclismo

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«Las reglas son las reglas»

Clarke y Porte hablaron antes del arranque de la undécima etapa.
Clarke y Porte hablaron antes del arranque de la undécima etapa.larazon

Porte acató la sanción del jurado, aunque el Sky pidió el indulto sin éxito. Clarke dice que le volvería a ayudar.

Es muy curiosa la escena de Forlí. El Sky, el equipo tan esquivo con los medios de comunicación, que aparta y no permite a sus ciclistas dar entrevistas, que no deja a los periodistas acercarse a sus líderes si no es con la supervisión de sus responsables de prensa, está en la salida de la undécima etapa del Giro deseoso de que las grabadoras y las cámaras se acerquen a su autobús. Cuando una buena parte de los «plumillas» han aparcado sus coches y se han acercado a la zona donde espera el equipo inglés no tarda en aparecer David Brailsford. Después de la sanción que le ha costado a Richie Porte el Giro, por la ayuda que recibió en el final de etapa del martes de su amigo Simon Clarke, el mánager del equipo inglés tiene ganas de hablar. Muchas ganas. Más que nunca. «Es decepcionante que un gesto deportivo hecho en el calor del momento haya dado lugar a una sanción tan severa», se queja Brailsford.

Al poco rato, llega el damnificado Richie Porte, de la lujosa caravana en la que se ha despertado, al desayuno en el hotel con sus compañeros; luego, otra vez a la caravana a cambiarse y al autobús hasta la salida. Qué locura esto de los «marginal gains» –ganancias marginales– que de nada ya le van a servir al tasmano. «Las reglas son las reglas», acepta el ciclista. «No hay excusas, aunque duele por ser un gesto tan deportivo». Brailsford sigue bramando: «Debió prevalecer el sentido común antes que las normas». Pedía el Sky el indulto de los dos minutos con los que castigaron a Porte por recibir la ayuda de Clarke, pero cerrar los ojos no era la solución. Hubiera creado un precedente. Los jueces ni lo contemplaron.

El artículo 2.3.12 del reglamento UCI lo deja claro: «Todos los corredores pueden asistirse con servicios menores como prestar o intercambiar comidas, bebidas, herramientas o accesorios. El préstamo o intercambio de tubulares o bicicletas será sólo permitido entre corredores del mismo equipo». Lo que ha evidenciado un problema. Los ciclistas no conocen el reglamento de su propio deporte. Buena parte del pelotón se mueve en la ignorancia. «No sabía que hacíamos una cosa antirreglamentaria y lo siento por Richie», se excusaba Simon Clarke, «pero volvería hacerlo. Es un buen amigo que necesitaba mi ayuda en un momento crítico».

Tuvo que ser Simon Clarke quien se la dejara porque en el momento del pinchazo Richie Porte estaba solo, sin compañeros. El jefe de filas de uno de los equipos más potentes del pelotón y gran favorito para ganar la «corsa» rosa no tenía con él a ninguno de sus gregarios. Sobre todo eso, Brailsford no quiere hablar, pero las fotos lo hacen por sí solas. En el momento en que el corredor del Orica cambia la rueda a Porte se ve cómo Siutsou, el bielorruso del Sky, está parado a escasos metros de su líder observando la escena en vez de darle él mismo la rueda o la bicicleta.

El «abc» del ciclismo. Lo básico. Para saber todo eso no hace falta usar helicópteros que evacúen a sus líderes de las etapas y les eviten los largos traslados, ni lujosas «motorhomes» en la zona de la llegada, ni usar los mismos colchones durante toda la carrera para facilitar el descanso o llevar cocineros personales para cuidar el menú del equipo, ni mucho menos obligar a los periodistas, a aquellos a los que abren la puerta de su caravana, a echarse un gel antibacteriano para no «contaminar» con virus la casa del líder. Basta con ser ciclista. De los de verdad.