Casa Real
Cuando Don Juan Carlos era príncipe
M27: Experiencia
La experiencia es lo que ha vivido, trabajado y observado uno, más o menos. Carles Rexach vivió, trabajó y observó durante sus años de excelente futbolista azulgrana. Lo fue. Felicita a Messi por su cumpleaños, ya treintañero. Y le predice que rendirá a un nivel de máxima élite hasta los 35. No obstante, le aconseja que aprenda a dosificarse, pues «a partir de los treinta años, reponerse de los golpes cuesta más tiempo», y que cuando vaya ganando por 3-0, se tome «un respiro y se ahorre la segunda parte». Le advierte asimismo que tiene que estar en forma justo a partir de marzo, toda vez que es a partir de ese momento cuando se resuelven los títulos.
Enterado, pues, Messi y, de rebote, todos los jugadores que ya han traspasado la línea roja de los 30 años. El único que no creía en la experiencia era Oscar Wilde:
–La experiencia –escribió– es el nombre que los hombres dan a sus errores.
X28: Alegría
El gol es el oxígeno de la alegría. La sub’ 21 garantiza, en fútbol, una España súper. Preeminente (estoy pensando en el Mundial de Rusia).
–Y ¿si pierde con Alemania?
–Preeminente también.
Hay que felicitar hoy especialmente a Saúl por su «hat trick» a Italia y por su talento. Admirable Saúl.
–Y admirable por haberse hecho en el Atlético.
Es verdad, Cerezo.
Deporte español: igual a alegría, paz y cordialidad.
J29: Don Juan Carlos
1967. Juegos del Mediterráneo de Túnez. Asiste don Juan Carlos. Era joven y era como nunca ha dejado de ser: abierto, empático, directo.
–Tiene la magia de caer bien a todo el mundo: a rojos, a nacionales, a atléticos, a madridistas –recuerdo que comentó Salvador Santos.
Cena de celebración por el oro del equipo de balonmano. El Príncipe Juan Carlos es uno más, sin protocolo. Mucho calor. Me dice mediada la noche:
–Estoy sudando. Vamos a tomar aire.
Ya en el jardín, me sorprende:
–Dime la verdad: ¿qué piensa de mí la gente de la calle, la gente con la que tú hablas?
No edulcoro la respuesta:
–La gente de la calle habla de usted con simpatía, pero no soslaya tampoco la duda –le agrego con sinceridad– sobre cómo será España sin Franco y con usted.
Tenía 29 años.
–¿Crees que me aceptarán? –me pregunta preocupado.
–¿Por qué no? El español de hoy en día lo que quiere es vivir en paz, trabajar y disfrutar.
–Qué fácil es decirlo.
–No le digo que no, Señor. Pero se lo repito: disfrutar, trabajar, vivir; o sea, lo de la canción, salud, dinero y amor.
Sonríe y me dice entonces:
–Quiero que me acepten todos, piensen como piensen. Quiero que me vean como un rey liberal, demócrata, amigo de todos, amigo de España.
Don Juan Carlos Emérito (juzgo y valoro hoy desde el tiempo transcurrido) ha sido un gran Rey (con mayúscula). Política y democráticamente, ha sido el «piloto» del Pacto de la Transición, del Pacto de la Reconciliación, del Pacto del Olvido. «Sólo vale en la vida lo que la vida hace para que olvidemos lo que pueda amargarnos o dividirnos» (Benavente).
Nuestra querida España tiene contraída una inmensísima deuda histórica de gratitud con Don Juan Carlos, el Rey Demócrata, el Rey de todos, el Rey de la Concordia y de la Unidad.
–Y sin embargo –lamenta inexplicablemente la sencilla y sensata voz de la calle– don Juan Carlos no ha sido invitado al «cumpleaños» (40) de las Primera Elecciones democráticas.
Hoy como ayer, sigo siendo «juancarlista». Algo le conozco. Ser español es ser como don Juan Carlos. Ser demócrata, políticamente, es ser como Don Juan Carlos.
Esta frase se la oí al banquero Alfonso Escámez cuando presidía el Banco Central:
–El español es afable a pero también poco agradecido.
V30: Tour
Tour, sueño amarillo. Empieza mañana. Pocos españoles, sólo trece. El Tour es, amén de una gran carrera, «la carrera de las carreras ciclistas», el mejor spot publicitario de la verde y dulce Francia.
–Yo veo el Tour por el paisaje –reconoce mucha gente.
Entre los favoritos, dos españoles, Valverde, 37 años, ¡ay!, y Contador, 34 años, ¡ay! El otro gran favorito es el británico Froome, 32 años. Treintañero Tour, pues. Es igual: el Tour es un regalo para la vista, gracias a la televisión. Contador lo ha ganado dos veces. El británico Froome, tres.
–A empatar, Contador.
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