Pau Gasol
El Chiringuito de Pedrerol: la España que queremos
Uno es de Sant-Boi, aunque algunos dicen que es de otro planeta. Hay otro de Palma de Mallorca. Y de Santa Cruz de Tenerife. De Madrid. De Badalona. De Córdoba. De Valencia. De Santander. De Mahón. De Barcelona. De Granada. Y hasta uno de Montenegro. Pero todos han hecho piña, todos unidos, todos remando en la misma dirección. Y sin otra bandera que la de la Selección. Se han dejado el alma. Se han partido la cara por regalarnos este Eurobasket, el tercero ya. Por volver a darnos el mejor ejemplo de lo que es el deporte y la superación. Por llevarnos a los Juegos de Río y por hacer que nos sintamos orgullosos de todos ellos. ¡Gracias, campeones!
Un líder de verdad
Qué importante es tener un líder. Tener un jugador que sepa dar un grito en el último instante, cuando el equipo más lo necesita. Que sepa decir «aquí estoy yo» cuando el rival aprieta y las cosas se ponen difíciles. Un líder que sepa levantar el ánimo en los malos momentos, que no se esconda nunca. Un líder que lleve los galones con humildad y que se sacrifique por el bien del grupo aunque ponga en riesgo su carrera en la NBA. Qué importante es tener un líder como Pau Gasol. Aunque, como dijo Felipón, «no le gusta que le digan lo bueno que es». Pues se lo tenemos que decir nosotros. Qué bueno eres, Pau. Muy grande.
El mérito del entrenador
Scariolo también tiene una gran parte de culpa en el éxito de esta Selección. Ha sabido recuperar a un grupo con bajas muy importantes y que tuvo el coraje de vencer a la «bestia negra», a Francia, que nos había echado del último Eurobasket y de nuestro Mundial. El técnico italiano recuperó la autoestima del equipo y lo llevó al tercer oro europeo de nuestra historia, que también es el suyo. Además, ha sabido dar un paso a un lado. Ha tenido la habilidad de dirigir en la sombra y de cederle todo el protagonismo a Pau. Ha sido capaz estar en su lugar y se ha ganado el respeto de los aficionados y de los jugadores. Y, sobre todo, el de la estrella del equipo.
No se cansan de ganar
Siempre recordaremos a este grupo de jugadores que nos trajo en 2006 el primer oro de la historia del baloncesto español. Y en 2009, el segundo. En 2011, el tercero. Y en 2015, el cuarto. Porque no se cansan de ganar. No se acomodan. Lo dan todo hasta el final y jamás bajan los brazos. Son los mejores desde hace mucho tiempo, pero nunca se lo han creído. Y por eso lo siguen siendo.
Humildad
Esta es la Selección que queremos. Una Selección que nos transmite cercanía. Que se paran a hablar y hacerse fotos con todos los aficionados. Que siempre tienen un buen detalle con la prensa. Que sonríen. Que disfrutan de su trabajo con alegría, ilusión y sencillez. Los más grandes son los más humildes.
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