Real Madrid
El chiringuito de Pedrerol: Soy de Cristiano más que nunca
El Bernabéu tiene derecho a pitar, pero cuando más agradecen los jugadores su apoyo es cuando no están en su mejor momento y los machaca todo el mundo.
El Bernabéu tiene derecho a pitar, pero cuando más agradecen los jugadores su apoyo es cuando no están en su mejor momento y los machaca todo el mundo.
No aprendemos. Nos gusta machacar a los mejores. A los «cracks». A los futbolistas capaces de lo imposible. A los que levantan al público de sus asientos con jugadas fantásticas y goles espectaculares. A los que aparecen cada veinte años. A los que baten récords. A los que hacen pelearse a media Europa por su fichaje. A los que devuelven a los espectadores el precio de la entrada con una genialidad. A los que revalorizan a su club y al campeonato en el que juegan. A los que honran al fútbol con su entrega y su profesionalidad. A los que hacen historia. Atacar a jugadores como Cristiano, buscarles continuamente las vueltas, se ha convertido en una fea costumbre. Y no lo puedo entender.
Máxima exigencia
El madridismo tiene derecho a pitar a quien quiera, sin duda. El público del Bernabéu es exigente. Mucho. No es ninguna novedad. Así ha sido siempre, así será y así debe ser. Y Cristiano lo sabe. Por eso ha triunfado en el Madrid. Por eso es una leyenda del club blanco. Porque no es fácil aguantar un año tras otro esa presión y esa exigencia brutal. Hay que tener mucha personalidad para poder soportarlas. Otros se rinden, prefieren abandonar y marcharse a equipos con menor nivel competitivo, como Arsenal o PSG. Pero Cristiano ha decidido seguir peleando en el Madrid porque tiene la calidad, el físico, la ambición y la mentalidad de jugador grande. De los más grandes. Entre otras cosas, porque no busca la comodidad, sino colocar su propio listón siempre un poco más arriba, siempre un poco más difícil.
Es sólo un bache
Cristiano está pasando por un mal momento, no se puede negar. Es evidente que está atravesando un bache. Pero que no le jubilen aún. Que no se equivoquen otra vez con él. Que no le sentencien ni le maten todavía. Le han enterrado demasiadas veces y siempre ha regresado. Ocurrió hace tres meses, cuando muchos le querían retirar y respondió con un «hat-trick» en Mendizorroza y otro en el Calderón. Entrena más que nadie, es un depredador del gol y siempre lo acaba demostrando, aunque alguno siga sin enterarse y cometa una y otra vez los mismos errores para acabar retratado.
Pitar no es lo mejor ahora
El Bernabéu no puede caer en eso. No puede machacar a Cristiano, un futbolista que ha llevado al Madrid a ganarlo todo en los últimos años. Si quiere ayudar, tiene que unir al vestuario. Ahora más que nunca. Cuando entra el balón es fácil aplaudir, pero cuando más lo agradecen los jugadores es cuando se fallan las ocasiones, cuando no están en su mejor momento. La grada puede silbar, pero no es lo más inteligente con su equipo líder en Liga, vivo en Champions y Copa y azotado por una plaga de lesiones.
Volverá al 100%
Cristiano no esta físicamente al 100%, y eso se nota en su rendimiento. Pero se ha ganado durante siete temporadas y media el cariño del Bernabéu. Se merece su aliento, ese que te ayuda a darte una carrera cuando ya no te quedan fuerzas, ese que te empuja a dar el máximo cuando no hay gasolina para más, ese que te da un extra de velocidad cuando corres con un defensa a por un balón muerto en el área. Si eres del Madrid, ahora que le machaca todo el mundo, apóyale. Yo lo tengo claro: soy más de Cristiano que nunca. Porque, además, siempre vuelve.
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