Automovilismo

El Dakar regatea a Barreda

El mejor piloto español en motos no encuentra la fórmula para ganar el rally. Sanciones, caídas y averías le han apartado cada año del objetivo. Ayer perdió casi 28 minutos y le toca remontar.

Joan Barreda asciende una duna durante la etapa de ayer, en la que un error de navegación le costó el liderato
Joan Barreda asciende una duna durante la etapa de ayer, en la que un error de navegación le costó el lideratolarazon

El mejor piloto español en motos no encuentra la fórmula para ganar el rally. Sanciones, caídas y averías le han apartado cada año del objetivo. Ayer perdió casi 28 minutos y le toca remontar.

Dice Carlos Sainz que en el Dakar, si cada mañana al levantarte esperas lo peor, no te equivocas. Bien lo sabe Joan Barreda, que en la segunda etapa consiguió el triunfo y en la tercera, sólo unas horas después, se dejó muchas de sus opciones al triunfo final. Joan es la gran estrella española del motociclismo «off road», el mejor heredero de Marc Coma, pero al que todavía le falta encontrar la forma de enamorar al más mítico y duro de los rallys. El Dakar no hace más que darle la espalda una temporada tras otra y en 2018, aunque la prueba no ha hecho más que comenzar, las cosas ya las tiene muy cuesta arriba.

Barreda abría pista y se perdió en mitad de las dunas peruanas. «Es el principio del rally, pero la verdad es que es uno de los errores gordos que había que intentar no cometer. Al ir solo durante todo el día, siempre tienes más riesgo, pero bueno, así son las cosas», explicaba el propio protagonista, que en un momento de la etapa no sabía exactamente dónde estaba y tuvo que volver hacia atrás 15 kilómetros para encontrar el camino hacia el siguiente punto de paso. Su fallo le costó casi 28 minutos en la línea de meta y le obligará a correr al ataque a partir de ahora con todo el riesgo que esto conlleva.

El piloto de Honda es uno de los más rápidos, tiene experiencia y se defiende bien en la navegación, tan importante este año. Cada curso encabeza la lista de grandes favoritos al triunfo final, pero una y otra vez un imprevisto le aparta del objetivo. En 2017, una sanción por repostar en una zona que estaba prohibida le condenó, al mismo tiempo que le enfrentaba con los organizadores. Hasta el TAS llegó su reclamación, convencido de que no había sacado ventaja y que además el reglamento no estaba del todo claro. Finalmente retiró la denuncia y decidió centrarse en ganar por fin esta edición.

No es la primera vez que un problema arruina su carrera cuando ya estaba líder y con una buena ventaja. En 2016 iba lanzado a la victoria, pero la mala suerte se le cruzó en el salar de Uyuni. El radiador de su moto se estropeó por culpa de la sal y tuvo que ser remolcado 600 kilómetros. Aquel fue uno de sus peores días, como cuando la bomba de gasolina le falló en 2013. Y así cada temporada desde que se estrenó en 2011.

Es capaz de ganar etapas con facilidad, pero esta carrera no es sólo velocidad. También dice Sainz que hay que tener mucha paciencia y especialmente en esta edición, la más «africana» desde el traslado a Suramérica en cuanto a aventura. La etapa de ayer la ganó Sunderland, que lidera la general con casi 23 minutos de ventaja sobre Barreda. En coches, Al Attiyah dio su primer golpe y se acercó al líder Peterhansel, uno que sí sabe cómo conquistar el Dakar sobre dos y cuatro ruedas.