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El día que Zidane empezó a irse

Tras caer en Copa ante el Leganés el año pasado habló de fracaso y sintió que algo había dejado de funcionar.

Zizou y Garitano dirigen al Real Madrid y al Leganés en el partido de vuelta de los cuartos de la Copa del Rey del curso pasado
Zizou y Garitano dirigen al Real Madrid y al Leganés en el partido de vuelta de los cuartos de la Copa del Rey del curso pasadolarazon

Tras caer en Copa ante el Leganés el año pasado habló de fracaso y sintió que algo había dejado de funcionar.

La única vez que Zidane pronunció la palabra fracaso como técnico del Real Madrid fue el 24 de enero de 2018. Aquella noche, el Leganés visitaba el Bernabéu en Copa del Rey, lo mismo que sucede hoy aunque entonces era el partido de vuelta de cuartos y no el de ida de octavos. Los blancos tenían la ventaja del gol de Asensio en Butarque, pero se dejaron remontar por los pepineros, que alucinaban al verse en las semifinales tras pasar por Chamartín. Zizou apareció en sala de prensa más serio que nunca y se puso en la espalda la responsabilidad de lo sucedido. «Ellos hicieron el partido que debían y nosotros no, por eso estamos eliminados. Es un fracaso y es mi responsabilidad», dijo para resumir el papelón que suponía dejar el torneo del KO de esa forma. Los meses pasaron y su Real Madrid, como era costumbre, ganó la Liga de Campeones, pero el francés no tardó en bajarse del barco. Ante los medios, el día de su adiós, confesó que aquella derrota copera ante el Lega había sido uno de sus peores momentos en el banquillo blanco. «Aquel día me quedé... no voy a decir la palabra. Hay momentos complicados en la temporada que te hacen reflexionar y ya está, creo que los jugadores necesitan un cambio», explicaba. Quizá fue la primera vez que se dio cuenta de que había llegado el momento de dejar paso a otro técnico. «Tal vez mis jugadores necesiten otro discurso para volver a ganar», añadía.

Esa noche, Zizou apostó por el equipo B que tan buen resultado le había dado la temporada anterior, pero la cosa no funcionó. Achraf y Marcos Llorente fueron sustituidos mediada la segunda parte y se marcharon entre pitos, entraron Carvajal y Modric para intentar arreglar la cosa, pero no hubo remedio. Zidane pidió a sus hombres menos habituales un esfuerzo para seguir en Copa y no hubo respuesta. Un síntoma que le llevó a empezar a plantearse dejarlo a final de temporada.

El bombo ha vuelto a cruzar a los dos madrileños, aunque una ronda antes. El Madrid llega con una Champions y un Mundialito más, pero igual de convulso que entonces por los vaivenes en la Liga. El Leganés, poco a poco va metabolizando la morriña del «garitanismo» y ha aprendido a ser feliz con Pellegrino y un sistema de cinco defensas que está dando resultado. No es la prioridad de los blanquiazules la Copa en un curso en el que están más exigidos que el pasado por el descenso, pero a nadie le amarga una hazaña en el Bernabéu. Solari quiere ser Zidane en muchas cosas, pero no desea sentir, tras un partido frente al Leganés, que el adiós se acerca.