Vuelta a España

Ciclismo

La insistencia de David De la Cruz

La Razón
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David de la Cruz se ha dejado ver en la primera semana de la Vuelta. Estuvo en la fuga que llegó a Ares del Maestrat, en la que podía haberse puesto líder, pero se desgastó en el trabajo para que prosperara la escapada y no le quedaron fuerzas para pegarse a la rueda de Teuns, que acabó vistiéndose de rojo. Camino de Igualada, en su tierra, también se dejó ver. Se metió en la escapada de 21 que acabó llegando a meta, pero no pudo estar con los primeros en el esprint que peleó por la victoria. «Me he ido casi al suelo en la bajada y se me ha ido la confianza», explicaba después. «Estás cerca de todo y lejos de todo, la lectura positiva de hoy es que es el día que me he encontrado mejor en esta Vuelta», añade.

«He tenido un verano complicado pero las sensaciones van mejorando paulatinamente, espero que en estos días acabe de encontrar esas piernas para poder conseguir algo bonito», afirma. La Vuelta sale de Cataluña, de la provincia de Barcelona, de su casa –es de Sabadell– para llegar a Andorra, su país de residencia. De la Cruz, que ha tenido cerca los ánimos de su novia en los últimos días, estaba especialmente motivado con la etapa que acababa en Igualada. Pero no quiere frenar ahí.

David se rompió la mano en el Tour de California y se vio fuera de la Vuelta. «Me había quedado fuera de la selección final muy a mi pesar, pero gracias a Dios llamaron para venir y estaba con la maleta sin deshacer», explicaba en el comienzo de la carrera. Porque su cabeza nunca dejó de pensar en correr la Vuelta. Es la carrera en la que más ha brillado, en la que ganó una etapa, la del Naranco, y se vistió de líder en 2016. Ese año acabó séptimo en la general y después llegó su fichaje por el Ineos, del que seguramente saldrá al final de temporada.

Aunque su preocupación, por el momento, es encontrar la forma con la que llegaba otros años a la carrera española. «No estoy como en años anteriores, pero también he tenido un año más complicado», explica. «Pero no hay mal que por bien no venga y aunque llegue un poco más justo, son tres semanas, es una maratón larga y seguro que me puede beneficiar especialmente en la última semana que este año es muy dura. La etapa con más desnivel es la 20 y espero que esa frescura que traigo me beneficie», dice. Las escapadas le han permitido no descolgarse demasiado en la general y está a menos de diez minutos del líder. Si va encontrando la forma, como espera, es posible que tenga una oportunidad aún de meterse entre los diez primeros o de ganar una etapa. «O todo a la vez», dice él.