Domingo García
El sacrificio de Maté para correr la Vuelta
Se cayó en la Vuelta a Polonia a primeros de agosto, perdió mucha sangre y le dieron 50 puntos en la cabeza, pero no se perdería la Vuelta por nada del mundo.
“El estado de forma es el que es, paupérrimo pero hay que mirar siempre el lado positivo”, dice Luis Ángel Maté sin perder la sonrisa. El ciclista de Marbella se cayó el 3 de agosto en la Vuelta a Polonia. “Yo iba remontando por la izquierda con mi compañero Fortin, el esprinter del equipo, y en mitad de nuestra trayectoria había un agujero que no estaba señalizado y nos lo comimos de lleno. Íbamos muy rápido porque íbamos bajando. Yo salí hacía el bordillo, pegué contra él y mi compañero contra una valla que había en la curva”, explica.
El resultado fueron tres días ingresado en Polonia, cuatro más en Marbella y cincuenta puntos de sutura en la cabeza. Por suerte, a pesar de que perdió mucha sangre, la hemorragia fue completamente externa, sin complicaciones interiores, lo que ha favorecido la recuperación y ha minimizado los riesgos posteriores. “Gracias al casco y a un poco de suerte estoy hoy aquí porque si el golpe hubiera sido unos centímetros más abajo....”, advierte el ciclista de Cofidis.
“No me veía la cabeza, pero lo que si veía eran las caras de los médicos, que venía uno, otro y ninguno me cogía y seguía perdiendo mucha sangre”, añade.
Pero la caída no le ha hecho perder la esperanza ni el humor. “Cada día voy a ir a más, a más tiempo en la general”, bromea. Después del accidente estuvo catorce días sin tocar la bici. “Al principio cuando estaba mejor empecé a hacer rodillo porque no me cabía el casco y no podía salir a la carretera con los puntos, pero como había perdido tanta sangre los valores los tenía muy bajos y estaba todo el día en la cama”, explica el ciclista de Cofidis.
Ahora la brecha la tiene bien y en carrera se la protege para que no roce directamente con el casco. “Me está cicatrizando todo muy rápido, todas las pruebas de la cabeza dicen que está todo bien. Se ha drenado todo bien, que lo tenía muy contusionado”, comenta.
La recuperación ha sido rápida, pero Maté reconoce que llega corto de preparación. “No llego a la Vuelta como quería. Si hubiese sido otra carrera no estaría aquí”, reconoce. “Estoy muy contento de estar aquí, sabiendo de dónde vengo. Preparé la Vuelta con todo mi cariño, era el objetivo principal de la temporada, vino lo que vino en Polonia y las cosas hay que aceptarla como vienen. Hay que ser realista, pero intento buscar el lado positivo, que es que estoy aquí, que no es poco y además creo que puedo aportar mucho al equipo, aunque no esté en las mejores condiciones”.
Maté reconoce que ha sido el peor accidente de su carrera y que algo de miedo le ha quedado en el cuerpo. “Cuando tienes una caída tan reciente siempre tiras mas de freno, incluso noto que pierdo la confianza y los reflejos, estoy un poco mas torpecillo, pero es normal, hace falta adaptación después de un porrazo como éste”, asegura. Pero Maté ya sólo mira hacia delante.
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