Baloncesto
En busca de la perfección
El Madrid y Obradovic, con su Fenerbahçe, buscan su décima Copa de Europa. Los blancos llegan al día decisivo en su mejor momento físico y anímico del año. Los turcos han jugado las tres últimas finales
El Madrid y Obradovic, con su Fenerbahçe, buscan su décima Copa de Europa. Los blancos llegan al día decisivo en su mejor momento físico y anímico del año. Los turcos han jugado las tres últimas finales.
Cuentan los compañeros del Zeljko Obradovic jugador en la selección yugoslava que ya antes de dirigir al Partizán todos sabían que iba a ser un gran entrenador. «Todos queríamos que estuviera como base porque siempre pasaba el balón a quien debía y tenía el partido en la cabeza», afirma Zoran Savic exjugador de Madrid y Barça. Esa cabeza la adornan ya nueve títulos de campeón de Europa como técnico: Partizán (1992), Joventut (1994), Real Madrid (1995), Panathinaikos (2000, 2002, 2007, 2009, 2011) y Fenerbahçe (2017). Son los mismos que posee el Madrid (1964, 1965, 1967, 1968, 1974, 1978, 1980, 1995 y 2015). El desempate llega hoy en Belgrado. Su Fenerbahçe ha disputado las dos finales anteriores. Ganó la última. Para el Madrid será la cuarta final de la «era Pablo Laso». También ganó la última que jugó.
El Real Madrid ha vivido una sacudida en el último mes. Una sacudida positiva después de una temporada plagada de contratiempos que arrancaron allá por el mes de agosto con la lesión de Llull en un amistoso con la Selección. La baja del alma del equipo durante ocho meses y medio ha sido un desafío que el grupo ha resuelto con nota pese a la derrota en la final de la Copa del Rey ante el Barça. «Si en el mes de diciembre –cuando había cinco jugadores con lesiones serias– nos dicen a estas alturas que íbamos a estar en la final de la Euroliga hubiéramos pensado que quien nos lo comentaba estaba loco», dice Laso. Pero en las últimas semanas y después de la abultada derrota en el primer partido de la eliminatoria ante el Panathinaikos, el grupo se ha rearmado. El regreso de Llull ha hecho el resto. Desde su vuelta el Madrid no ha perdido y la actitud con la que ha llegado el equipo a Belgrado no tiene nada que ver con la que apareció la pasada temporada en la Final Four de Estambul. Allí el verdugo de los blancos fue precisamente el Fenerbahçe de Obradovic. «Somos jugadores diferentes, equipos diferentes y han cambiado muchas cosas respecto al año pasado. Lo único igual es que se enfrentan Fenerbahçe y Real Madrid», dice Laso. Los duelos entre turcos y españoles se han convertido en un clásico en las últimas temporadas. En 2015, el Madrid se impuso en la semifinal en el Palacio camino de la Novena; en 2016, el Fenerbahçe arrasó en el cruce de cuartos (3-0) y el último capítulo es la pesadilla de la semifinal de 2017. La regularidad de ambos queda reflejada en que son los dos únicos equipos, junto al CSKA, que han sido capaces de jugar tres finales seguidas en el siglo XXI.
El Fenerbahçe de esta temporada ha sido capaz de reinventarse después de ser campeón. La fuga a la NBA de dos de sus pilares (Bogdanovic y Udoh) y la retirada de su primer recambio interior (Antic) han sido paliados a golpe de talonario: Wanamaker, Melli, Guduric... Siguen Sloukas, Vesely, Nunnally, Datome, Kalinic y Ali Mohammed, el jugador antes conocido como Bobby Dixon. El base de Chicago nacionalizado turco fue el ejecutor del Zalgiris en la semifinal con 19 puntos anotados en apenas 11 minutos.
Obradovic y Laso, que coincidieron en el Madrid como técnico y jugador en las temporadas 1995/96 y 1996/97, compartieron ayer mesa en la conferencia de prensa oficial. Con el trofeo en medio de los dos, el técnico serbio fue diplomático: «Jugamos ante un gran equipo que es historia del baloncesto. Quiero dar la enhorabuena a Pablo y sus jugadores porque se han repuesto tras una temporada con muchos problemas». Laso, que presume de la amistad que le une a Obradovic, recordó la etapa que compartieron en el Madrid: «Me cuesta decir una sola cosa de aquello. Fue un aprendizaje diario. Eran detalles que igual eran una tontería, pero funcionaban. Como jugador fue genial tener a Zeljko como entrenador. Muchas cosas de las que aprendí las he aplicado luego como entrenador».
El técnico blanco dispuso el pasado lunes, por primera vez en toda la temporada, de la plantilla al completo. Sólo faltó Kuzmic y con todos preparados el grupo ha asumido sus nuevos roles con una facilidad asombrosa. Aquí aparece el nuevo papel que ha adoptado Luka Doncic. Ahora ya no es necesario que asuma tantas responsabilidades como durante buena parte de la temporada. Después de recibir recados del técnico y de algunos compañeros (Reyes, Campazzo o Carroll entre otros) ha vuelto a convertirse en el jugador que hace mejor a su equipo. El base esloveno está viviendo sus últimas semanas en el Madrid, ya que tiene decidido emigrar la próxima temporada a la NBA. Antes de ser elegido como número uno o dos del «draft» aspira a ser campeón de Europa de clubes. «Es una persona muy inteligente y ha tenido mucha suerte de estar en un equipo como el Real Madrid, con un entrenador como Pablo y con grandes jugadores como compañeros», aseguró Obradovic.
Donde ya ha perdido la final el Real Madrid es en la grada. En el Stark Arena de Belgrado habrá más de 13.000 hinchas turcos, el medio centenar de aficionados madridistas que se citaron en la semifinal crecerá, pero el pabellón será amarillo. Aunque como dice Laso de los entrenadores –«ni Obradovic ni Laso meteremos un punto en la final»–, de momento los hinchas tampoco... Por si acaso: «Nos enfrentamos a un equipazo, con muy buenos jugadores que acaban de hacer una gran semifinal y una gran temporada; y encima van a contar con casi todo el pabellón a su favor, pero estamos preparados para eso, para cosas peores y para todo». Palabra del capitán Felipe Reyes.
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