Atletismo
Entrevista con María Pérez, campeona de Europa de 20 km marcha: "Tu cuerpo te enseña algo nuevo cada día"
La marchadora granadina explica sus sensaciones antes de competir en el Mundial de Doha, donde además de las rivales tendrá que hacer frente al calor, la humedad, el horario...
La marchadora granadina explica sus sensaciones antes de competir en el Mundial de Doha, donde además de las rivales tendrá que hacer frente al calor, la humedad, el horario...
En el pequeño cuerpo de María Pérez (Orce, Granada, 23 años) cabe una cantidad enorme de talento y trabajo. En 2018 se proclamó campeona de Europa de 20 kilómetros marcha. Ya está en Doha para disputar el Mundial, que empieza el viernes. Su prueba es el domingo. Antes de partir habla en esta entrevista de las peculiaridades de este campeonato, de sus orígenes y de la marcha, que tantas alegrías suele dar al deporte español. Es una mujer tranquila. La furia la deja para el asfalto.
-Un Mundial en Doha, vaya faena...
-Yo siempre digo que dinero manda en todos lados, y nosotros somos unos mandados. Si queremos cumplir nuestro sueño y nuestro objetivo pasa por estar en Doha.
-Las rivales no serán lo único a tener en cuenta: el calor, la humedad, el horario...
-He competido allí y he entrenado allí, pero yo no sé mirar las previsiones igual que no soy de mirar las listas de salida. Son cosas que no están bajo tu control. Intento hacer lo mejor posible todo lo que depende de mí. Puedes tener la intuición: si viene el aire del interior es más desierto y hay mucha más arena y si viene de la playa puede ser un poco mejor; allí la calidad del aire no es buena. Y la sensación de humedad y de agobio va a estar ahí.
-¿Se masca la arena en el aire?
-Recuerdo al terminar de entrenar con la sudada tocarme la cara y notar arena que se te pega. Al respirar notas que el aire no es limpio.
-Se han preparado hasta con una máquina del ejército que simula las condiciones de Doha...
-La Federación ha puesto todos sus medios, en este caso las cámaras del ejército para los maratonianos y la marcha, para simular esas condiciones. Es un punto a favor, está muy bien entrenarlo, pero luego no es lo mismo entrenar que competir. Es un punto de ventaja que podemos tener contra el resto, que nuestro cuerpo durante dos semanas haya estado ahí metido y experimentando sensaciones. Aunque lo hicimos hace ya tiempo, el cuerpo tiene recuerdos y eso es bueno.
-Pero el cuerpo no reacciona siempre igual...
-Sabemos cómo puede reaccionar, cuando hemos competido por la mañana tú sabes que tus sensaciones pueden ser unas u otras, pero al competir a la noche tienes que cambiar muchos biorritmos en comidas, en dormir... Cuando hablo con mis amigas y me preguntan, digo: “Sí, pero cuando tú estás durmiendo o estamos relajados en el sofá después de cenar, pues yo a lo mejor llevo tiempo sin cenar, sin comer, y tengo que ir a competir”. A la gente que no esté acostumbrada a ser nocturna le puede costar más... O no. Es que un día te puedes levantar y decir: “Tengo buenas sensaciones”; y luego entrenas y ni para adelante ni para atrás. De noche tampoco tienes la luz del día que te puede espabilar un poco.
-Otro problema, el horario, la noche... ¿Cómo se ha adaptado?
-Lo he hecho progresivamente, pero no quiero entrenar mucho a esa hora. He hecho caminatas, me he mantenido despierta hasta las 2 o las 3 de la mañana, pero entrenar creo puede haber un desgaste grande en el cuerpo. Empecé entrenando a las 7, luego a las 8, he ido terminando a las 9, a las diez menos cuarto de la noche... En Doha sí voy a entrenar a la noche.
-Con todos estos factores. ¿Qué carrera se prevé?
-Es que no lo sé... Hasta el momento de la salida no lo sé. A lo mejor hay como en la Copa de Europa un buen clima en el que se podía hacer cualquier locura: tirar, luego que te pillen... En el Mundial a lo mejor el que tira le sale bien y llega primero, o a lo mejor termina cayendo porque el calor puede hacer que su cuerpo le dé ese tipo de reacción... Todos hablan de que puede ser una carrera lenta, pero bueno, se han visto carreras lentas y luego en el 5.000 final se da todo... Hasta que no empiece la competición no se sabrá. También puede dar un poco de pista cómo sea el 50 kilómetros el día de antes. No tiene nada que ver el 50 con el 20, pero en estrategias o por cómo han ido los compañeros se podrá tener algún punto de vista. Pero es que en Doha cada día es diferente. Puedes pensar que vas a tener un mal clima y a lo mejor ese día ha bajado la temperatura y la humedad y te encuentras bien. Es tan impredecible lo que pueda suceder en Doha... Yo tengo muchas ganas de competir en ese clima, se me está haciendo larga la espera, quiero esa sensación y ver cómo reacciona el cuerpo en verdad en esa situación.
-¿Suele ser de tácticas premeditadas?
-No, nunca me dicto ni hablo con Jacinto de táctica de carrera. Voy por sensaciones, por cómo me encuentro, y creo que así también conoces mejor al cuerpo. A mí me funciona así. Hay otras personas que meditarán lo que pueden hacer.
-Y a todo eso hay que añadir que es en octubre. ¿Cambia mucho la preparación?
-Es más larga de lo habitual, con menos competición. Hemos sabido tomar los descansos adecuados también, y, bueno, hemos hecho una temporada, luego una pretemporada, después otra temporada... O sea que sí ha sido un poco raro e inusual, pero personalmente me encuentro bien. Creo que esas pausas me han venido muy bien para desconectar, porque psicológicamente llevamos más de un año entrenando, se dice pronto, pero es mucho tiempo y el cuerpo lo va notando.
-Han tenido varias concentraciones...
-Esta temporada ha sido más de viajes. Estuve en Doha en octubre tras el Europeo de Berlín, después me fui a Flagstaff a hacer altura con la selección española, luego volví y me fui a Tokio... En diciembre-enero se volvió a la normalidad: sólo entrenar para obtener ese estado de forma, competí en el 50, hice un test de entrenamiento, luego en el 20 y a partir de ahí volví a hacer entrenamientos en altitud para preparar la Copa de Europa; luego en Almería... He estado haciendo diferentes concentraciones y competiciones como México, cambiando de un clima a otro rápido para ver cómo se adapta el cuerpo. Ha sido un año de experimentar. Tengo 23 años, hay que recordarlo, y tengo una edad en la que puedo experimentar cosas para saber lo que me va bien en un futuro, incluso para Doha, porque como es algo tan diferente hay que probar muchas cosas.
-Ha citado el Europeo de Berlín, donde ganó el oro. ¿Le ha cambiado algo?
-Te das más a conocer, me veo con mucha más motivación, con muchas ganas de trabajar, pero sigo siendo la misma, voy a mi casa, entreno, estoy con mis amigos... No me ha cambiado las ganas de seguir entrenando, de seguir demostrando que puedo superarme día a día. Tengo la motivación de poder pelear con las mejores, y eso es lo que voy a seguir intentando.
-Es joven, pero son muchos años entrenando. ¿Todavía puede mejorar?
-Todos los días tu cuerpo te enseña algo nuevo que no conocías y esa es la suerte que tenemos los deportistas: conocer dónde está el límite y saber hasta dónde podemos llegar.
-¿Por qué se hizo marchadora?
-Soy de Orce, está en el altiplano granadino, es el último pueblo ligando con Almería, y con Murcia a muy pocos kilómetros. Todo empezó con una excursión. Siempre lo digo cuando doy charlas: hay pequeños trenes en la vida que se te presentan y te puedes montar o puedes dejar que se escapen. Era una niña, fui a esta excursión del cole y estaba Paquillo Fernández junto al que ahora es mi entrenador, a Montse Pastor... dando unas charlas. A partir de ahí me vieron que podía practicarlo bien, que se me daba bien y ahí empecé. Era un pueblo muy pequeño, Orce no sé si tiene ahora 1.000 habitantes, y empecé así por casualidad. En un pueblo tan pequeño en el norte de Granada que lo más típico que hacen los niños ahí de deporte extraescolar es baloncesto o balonmano... pues mira, yo jugaba bien al fútbol, pero he terminado en el atletismo.
-No se sabe qué decisión puede ser decisiva en tu vida...
-Puedes pensar: “Qué rollo una excursión”; pero yo fui y me ha cambiado la vida, hago lo que me gusta y estoy rodeada de gente de mi mundo, aprendo de ellos y siempre es bonito. Yo creo que cada día se aprende algo. Es igual que cuando llegas a la ESO y tienes que elegir entre ciencias o letras, ¿tú no sabes que lo que quieres ser en el futuro? Yo he tenido esta oportunidad, no son muchos los que pueden hacer lo que quieren y disfrutar haciéndolo, y para mí soy una privilegiada en ese sentido.
-Jacinto Garzón es más que un entrenador, al principio incluso comía en casa de sus padres...
-Claro, yo no estoy en un Centro de Alto Rendimiento. Yo me fui a Guadix con 15 años y tenía que vivir sola y estudiar Bachillerato. Era un poco complicado, los padres de mi entrenador y mi entrenador me conocen desde muy pequeña, es mi entrenador de toda la vida, entonces tengo ese feeling que a lo mejor no todo el mundo puede tener con su entrenador. En un deporte de equipo unos a otros se pueden ayudar, y este aunque sea individual, como atleta creo que tengo la responsabilidad de plasmar bien el papel de Jacinto, porque nadie es mejor que nadie sin una planificación adecuada y creo que ahí tiene mucho más mérito él. Yo me dedico a entrenar, confío plenamente en él y me dejo guiar por él.
-España siempre ha tenido grandes marchadores y entrenadores...
-No hay que olvidarlo nunca: la marcha es la primera disciplina que dio al atletismo español una medalla, tanto en hombres como en mujeres con María Vasco. Desde siempre ha sido la baza fuerte de la delegación española en los grandes eventos. Pasó en Londres. No se trajo ninguna medalla, pero todos los participantes españoles hicieron mejores marcas personales o puestos de finalistas. Eso es porque hay una gran cantera, pero no sólo de atletas, hay unos entrenadores que le ponen empeño, ganas y a veces su tiempo libre y sin ellos no sería a lo mejor la disciplina que es.