Italia se rinde al talento de «el matador» Alonso

MADRID- La «Scuderia» empieza a recuperar el tono del que siempre disfrutó a lo largo de la historia. Un equipo fuerte, con ideas, tecnológico, con capacidad y siempre con los mejores pilotos entre sus filas. Ferrari forjó su leyenda con todos estos valores y ahora, tras la demostración del pasado fin de semana, están en la senda adecuada para lograr el título. Y es que, si descartamos el campeonato que McLaren «regaló» en 2007, en Maranello no ganan una corona de forma contundente desde que lo hiciera Michael Schumacher en 2004.

La irrupción de Alonso y el equipo Renault en 2005 significó el fin de una etapa y ahora, el propio Fernando capitanea el retorno de la escudería italiana a lo más alto en todos los sentidos. La victoria conseguida por el español en Montmeló, impecable e implacable, es fruto de años de trabajo, sobre todo desde que a finales de 2010 (con la derrota de Abu Dabi) tomaran conciencia de que algo estaba fallando en el seno de la estructura roja. En Italia enardecieron el domingo con el triunfo del asturiano, que fue seguido por millones de espectadores a través de la televisión. Además, las palabras del español en la trastienda del podio mientras hablaba con Montezemolo por teléfono han calado en la afición italiana, ya que el ovetense alabó al equipo en varias ocasiones, y eso gusta mucho en el país transalpino, donde lo importante no es que ganen Alonso o Massa, sino que gane el equipo Ferrari. Es la primera vez que Fernando considera que tiene coche para dominar, y en Ferrari estas palabras han servido para dar moral a toda la escuadra, ya que las críticas han sido habituales por parte de los dos pilotos.

En el lado contrario, Red Bull, los lamentos fueron la tónica de la jornada de ayer. El propietario de la marca, que no suele hablar mucho de Fórmula Uno, se quejó amargamente del rendimiento de los neumáticos, los mismos que le beneficiaron en temporadas anteriores.

Pero ahora toca volver a la realidad y vienen circuitos que a priori perjudican el rendimiento del Ferrari, sobre todo el próximo asalto: Mónaco.