20 años del aguanís, el gol más increíble de Raúl

Raúl era un jugador distinto. Audaz, voluntarioso y con una fe inquebrantable. Era el mejor pero para nada el más bonito. No bailaba como Zidane ni le pegaba al balón como Roberto Carlos.

Raúl era un jugador distinto. Audaz, voluntarioso y con una fe inquebrantable. Era el mejor pero para nada el más bonito. No bailaba como Zidane ni le pegaba al balón como Roberto Carlos. No corría como Ronaldo ni tenía el toque de Beckham. No tenía la calidad de Figo ni el remate de Owen. Pero puede que fuese más completo o más constante que ellos. Ni siquiera marcó goles muy bonitos. Y cuando los hizo, le pusieron un nombre feo. Sólo Raúl pudo marcar el gol del aguanís, que el 1 de diciembre cumple 20 años.

Fue en la final de la Intercontinental, contra el Vasco de Gama, un balón de Seedorf que le llegó a la carrera, controló, se metió en el área y cuando vio llegar a un defensa rival le recortó, dejándole pasar; después a otro y por último tiró a puerta. “Improvisé toda la jugada porque tuve muy pocos segundos para decidir. Tras el primer regate pude tirar, pero preferí dejar pasar al defensa que venía corriendo y rematé a puerta vacía. Esas jugadas se llevan dentro porque tienes pocos segundos para pensar y porque si no las llevas dentro no salen”, explicaba el delantero después del encuentro que ganó el Madrid 3-1. Peroel nombre se lo puso el padre de Raúl porque contó que era una jugada que hacía habitualmente cuando era pequeño y si las cosas se complicaban para su equipo, un compañero le decía: “Raúl, haz lo del aguanís”.

El Real Madrid ganó la temporada anterior la Séptima con el tanto de Mijatovic a la Juve y por eso volvió a disputar la Intercontinental más de treinta años después. No fue un buen encuentro del Madrid ni tampoco de Raúl, pero el delantero apareció cuando debía, como hacía siempre. Hizo de eso, de su capacidad para sorprender su mejor cualidad.

En la primera parte se había adelantado el Madrid tras un centro de Roberto Carlos que se metió un defensa rival, pero nadie se hacía con el control del choque.

En la segunda mitad, Juninho empató el encuentro y el asunto se puso peligroso para el equipo que entrenaba Hiddink. Entonces, le llegó ese balón a Raúl. “De él se puede esperar cualquier cosa”, decía después Hiddink.

Raúl aún tendría que ganar otras dos Champions y una Intercontinental más y de dejar un legado imborrable en el conjunto blanco. Pero estaba claro que ése gol pasaría a la historia, por el momento y por la ejecución. “Hace esa especie de cola de vaca... Me acuerdo que, cuando me levanté por la mañana, lo primero que hice fue ver si había ganado el Madrid o no”, contaba Lucas Vázquez a la FIFA hace años cuando le preguntaban por ese tanto del delantero. Entonces, Lucas tenía 7 años. “Por el Madrid pasaron grandes futbolistas, pero mi ídolo desde pequeño siempre fue Raúl. Por lo que significaba para el madridismo, lo buen jugador que era...”, continuaba el canterano. Hoy Raúl ha vuelto al club blanco y además de viajar con el equipo, entrena al Cadete, con el que no hace más que ganar y practicar buen fútbol. Puede que los niños les explique como marcar un gol de aguanís: el mejor modo de escapar de las situaciones más complicadas.