Opinión

Corruptebas está de los nervios

La Liga española está de capa caída por culpa de la chavista gestión de su presidente

Javier Tebas, presidente de LaLiga
Javier Tebas, presidente de LaLigaIsabel InfantesEuropa Press

Al todavía presidente de la Liga de Fútbol Profesional, Javier Tebas, le va a dar un parraque el día menos pensado. Vive sin vivir en él. Por muchísimas razones. La primera de ellas es que conocemos su pecado original. Sabe que sabemos que lo suyo con uno de los apóstoles del golpismo catalán, Jaume Roures, es algo más que una simple amistad. ¿Cómo se explica, si no, que la Liga obligue por sus bemoles al adjudicatario de los derechos televisivos a contratar la producción a Mediapro, el imperio del multimillonario troskista catalán crecido al amparo de esa familia transformada en banda de gángsters que son los Pujol? Cuando se vulnera la ley de la libre concurrencia normalmente es por algo. Todos los que estamos metidos en este bendito deporte sabemos de qué se trata. Algún día se levantará ese telón y todos los demás.

CorrupTebas tampoco duerme porque su conflicto de intereses con el Fuenlabrada, club tras el cual aparece la omnipresente figura de su hijo, homónimo y socio, Javier Tebas Llanas, está subjúdice. Si en este país hay un mínimo de Justicia lo normal es que sólo esa historia se lo lleve por delante para siempre. El putadón que hizo al Deportivo en el verano de 2020 es tan golfo como bananero.

No quedan ahí los motivos de preocupación para un CorrupTebas que controla buena parte de los medios a base de inyectarles publicidad como si no hubiera un mañana. Su otro problema se llama Okdiario, que tiene la bendita manía de hacer públicos los escándalos que otros callan. Fue un periodista decente llamado Francisco Rabadán el que rompió la omertà. El que también ha destapado el tarro de las esencias de su sueldazo. Un salario superior al del 95 por ciento de los futbolistas de Primera y Segunda. Un estipendio que vuela más rápido que el New Shepard, el cohete de Jeff Bezos: percibía 350.000 euros anuales en 2013, cuando se apoderó de la poltrona del fútbol profesional, cantidad que ocho años después suena casi ridícula si nos atenemos a los 3,49 millones que se mete en la butxaca ahora mismo. La jeta del personaje es elefantiásica. En tiempos de pandemia, cuando todo quisqui se ha recortado la nómina por razones obvias, él ha optado por disparársela. Ocurrió en 2020 y ha vuelto a tirar de chulería este 2021 que está a punto de periclitar. Lo del año pasado define a nuestro protagonista: en el peor año económico desde la Guerra Civil, con el PIB español cayendo un 30 por ciento, se infló el sueldo ¡¡¡1 kilazo!!! Todo un ejemplo ético y estético, muy especialmente para esos jugadores modestos que no sólo han visto cómo les metían un tajo de tres pares de narices en su retribución sino que en muchos casos cobraban tarde y mal.

Tiembla CorrupTebas también porque, aunque seamos menos, somos mejores moral y deontológicamente y ahí que vamos a seguir contando el desastre de una Liga que está de capa caída por culpa de su chavista gestión. Madrid y Barcelona perciben por derechos de TV lo mismo que cuando me nombraron director de Marca en 2007: 150 millones al año. Ésa es una de las razones que han provocado que los clubes Estado estén arrasando a los grandes españoles. Pero en el pecado lleva la penitencia: sin Messi ni Cristiano, Telefónica no está dispuesta a desembolsar los 1.000 kilazos que ingresa en estos momentos en la cuenta de la Liga. A ver qué dice a los clubes cuando le comuniquen que como mucho 900.

La larga y no menos sucia mano de nuestro franquistoide protagonista está detrás del informe fake que uno de los líderes de la guerrilla podemita en Internet, Julián Macías, ha publicado estos días atacando a sus tres obsesiones: el Real Madrid, El Chiringuito y Okdiario. Es tan desahogado como panoli: al Torrente de nuestro fútbol le faltó tiempo para darle un like. Vamos, que dejó el DNI en el lugar del crimen. Ladra, luego cabalgamos. Y cabalgaremos hasta el final.