Lotería de navidad

Opinión

La UEFA y Doña Manolita

Y eso que el procedimiento del sorteo de la Champions arranca casi un mes antes, en la quinta jornada de la fase de grupos

Cola para comprar lotería de Navidad en Doña Manolita
Cola para comprar lotería de Navidad en Doña ManolitaJUAN CARLOS HIDALGOEFE

Restan 48 horas para el sorteo de la lotería de Navidad y que lance la primera piedra el que no guarde algún décimo o participación. Allí estarán los bombos –dos–, las bolas de los números, las de los premios, los alambres, los niños/as de San Ildefonso y esa mesa al fondo que los revisa todo y que ríase usted de la sala del VAR. Se atascará alguna bola, se caerá alguna otra, alguno de los niños se trabará... pero nada comparado con el papelón de la UEFA en el sorteo de los octavos de la Liga de Campeones. Bolas calientes, bolas templadas, bolas frías, manos inocentes, bolas que vibran... el caso es tocar la bolas. Andrei Arshavin, aquel «10» de Rusia que era un jugón, podría pasar por un niño de San Ildefonso crecidito. Cero responsabilidad. Otra cosa es lo de Michael Heselschwerdt, el atrapabolas engominado, era y sigue siendo el director de competiciones de la UEFA. El sorteo no es que se prepare horas antes. ¡Qué va! Desde la UEFA reconocen que el procedimiento comienza a partir de la quinta jornada de la fase de grupos. Es decir, casi un mes para que todo funcione como debe. Pepe Gotera y Otilio estarían orgullosos del papelón que hicieron los chicos de Aleksander Ceferin. ¿La culpa? Del software y no se vayan todavía que aún más.

Se repitió el sorteo y la cosa acabó como acabó. Ya saben aquello del Madrid con el PSG en vez de un viaje amable a Lisboa. La declaración institucional de Butragueño, lo de «lamentable y difícil de entender», fue como el discurso de Churchill en la Cámara de los Comunes anunciando lo que se avecinaba en 1940. La Superliga sigue cociéndose a baja temperatura.

A los de la UEFA había que llevarles a Doña Manolita cualquier día de diciembre para que se enteren cómo se organizan las cosas. Hordas controladas, apenas uno o dos guardias de seguridad, una fila que respeta la vuelta a la manzana con sus giros de 90 grados, llega el último y pide la vez... el que no quiera hacer cola tiene por allí pululando a vendedoras que te ofrecen décimos de la administración con un plus del diez por ciento. Eso es organización.